Argentina flexibilizó mínimamente el cepo cambiario en la última semana al limitar la compra de divisas a $ 2.000 mensuales o el equivalente al 20% de los ingresos, en medio de la incertidumbre sobre sus finanzas que inquieta a los mercados emergentes.

El Banco Central argentino logró en este tiempo mantener estable el peso con una pérdida promedio de unos $ 180 millones diarios de las reservas monetarias entre el lunes y el miércoles y a la que se sumó la del jueves, por $ 250 millones.

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El precio del dólar se mantuvo sin alteraciones sensibles en el mercado oficial, cerró en 8,01 pesos, tras las turbulencias cambiarias de la semana anterior, en la que el peso argentino se devaluó un 17%.

Alentados por la fuerte devaluación del peso, los precios amenazan con dispararse de nuevo en Argentina y con ellos la inflación, el eterno fantasma con el que la economía del país sudamericano convive desde hace casi una década.

El gobierno de Cristina Fernández ha intensificado en las últimas horas los contactos con todos los eslabones de la cadena de valor para intentar frenar la escalada de los precios.

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El secretario de Comercio argentino, Augusto Costa, amenazó el viernes al sector cárnico con una intervención estatal para reducir el precio de este alimento, tras los aumentos detectados de hasta un 15%.

La pérdida de valor de la moneda nacional, superior al 34% este mes, pone en riesgo el programa ‘Precios cuidados’, sellado entre el Ejecutivo, proveedores y supermercados para mantener estable el valor de los productos de la canasta básica argentina durante tres meses.

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Por esa razón, el Gobierno ha advertido con imponer sanciones y cerrar los establecimientos que aumenten el valor de los artículos que integran la lista pactada, después de que el fin de semana anterior algunos comerciantes denunciaran subidas de entre el 5 y el 10%.

Según datos oficiales, Argentina cerró el 2013 con un índice inflacionario del 10,9%, pero las consultoras privadas elevaron hasta el 28,3% el aumento de precios durante el último año, una cifra que lo convierte en el cuarto país del mundo con mayor inflación, por detrás de Siria, Irán y Venezuela.

En un informe, la agencia calificadora de riesgos Moodys estima que la tasa de inflación llegará en el 2014 al 30%, con base en la brusca devaluación del peso frente al dólar este mes, superior al 34%.

La agencia prevé además que la devaluación del peso continúe hasta los “12 pesos por dólar a final de año”, una caída del 50% respecto del valor oficial.

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La brusca pérdida de valor de la moneda nacional se comenzó a sentir de inmediato en el mercado de los electrodomésticos, que en Argentina o son importados directamente o al menos tienen componentes importados aunque sean de fabricación nacional, por lo que son un sector especialmente sensible.

El impacto de la depreciación del peso ha llegado también al sector de la construcción y al inmobiliario, principalmente a los alquileres en dólares, que según estimaciones, podrían experimentar subidas inmediatas de hasta un 30%.

Expertos y analistas apuntan a que lo ideal hubiera sido diseñar un programa antiinflacionario y después corregir el tipo de cambio, una opinión que comparten los principales dirigentes de la oposición.

Según los economistas, para frenar la inflación sería necesario que el Banco Central dejara de emitir pesos al ritmo que lo viene haciendo para financiar el déficit público, lo cual solo sería posible si el sector público empieza a contener el gasto.

Los cálculos hechos indican que casi un 20% de la devaluación repercute sobre los precios a corto plazo, especialmente en artículos que requieren la importación de materiales, como la leche en tetrabrik.

Un informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina sostiene que la devaluación de enero tendrá un efecto acelerador en la inflación, al menos durante algunos meses, debido a que las negociaciones salariales se llevan a cabo principalmente entre marzo y mayo y la subida de precios.

Esta situación puede agravarse, agrega el documento, teniendo en cuenta dos escenarios posibles de inflación, el primero (menos probable) en el cual la inflación mensual en cada mes del primer trimestre resulta la misma que en diciembre del 2013, y otro más pesimista en que la inflación sube algún escalón (más probable), y los precios aumentan 13% en el mencionado periodo.

Gabriel Oddone, profesor de Política Económica, asegura en diario El País que Argentina va “hacia la estanflación. Un término que alude a la peculiar situación por la que puede atravesar una economía que está en recesión (o apenas crece) y que exhibe inflación elevada”.

Dice que aparte de su condición de país emergente “en Argentina se agrega la desconfianza sobre la capacidad de las autoridades de gestionar la etapa del sinceramiento. La falta de confianza se traducirá en menos inversión y búsqueda de refugio en el dólar”.

En tanto, la oposición ha pedido una revisión del presupuesto 2014 que se hizo sobre la base de un dólar en 6,37 pesos y hoy está en 8,01 pesos.

15%
subió el precio de la carne en la última semana.