El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se reunió este miércoles en La Habana con la líder de las opositoras Damas de Blanco, Berta Soler, en el único encuentro entre un mandatario extranjero y disidentes cubanos durante la cumbre de Celac, informó la activista a la AFP.

"Durante 25 minutos pude hablar no solo con el presidente Piñera, sino también con otros miembros de su delegación", dijo Soler a la AFP después de su reunión con el mandatario al anochecer de este miércoles en una residencia diplomática de Chile, tras el cierre de la cumbre de la Celac.

"La entrevista se celebró en una casa de la embajada de Chile cerca de Pabexpo", el centro ferial donde se realizó la cumbre de Celac, poco después de que Piñera estrechara su mano con el presidente peruano Ollanta Humala.

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La delegación chilena a la cumbre no ha confirmado el encuentro hasta ahora.

Soler tuvo que esperar cinco horas, debido a demoras en la cumbre y al encuentro bilateral que Piñera mantuvo con Humala, antes de entrevistarse con el presidente chileno, pues había sido citada al mediodía en las oficinas de la Embajada de Chile, en otro sector de La Habana.

Luego de algunas horas fue llevada en un automóvil de la legación a la residencia donde se entrevistó con el mandatario, su ministro de la Presidencia, Cristián Larroulet, y otros funcionarios. En esta cita no participó la mandataria electa chilena, la socialista Michelle Bachelet, quien viajó con Piñera a Cuba y asistió a la cumbre.

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Después de la reunión con Soler -uno de los rostros más visibles de la oposición en Cuba-, Piñera y su comitiva fueron a cenar a un restaurante privado de La Habana antes de dirigirse al aeropuerto José Martí para regresar a Santiago.

Piñera fue el único mandatario extranjero en reunirse con un disidente cubano, pero diplomáticos de Costa Rica también se reunieron este miércoles con el disidente Elizardo Sánchez y otra activista.

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No hubo de inmediato reacciones de las autoridades de Cuba a ese encuentro, donde toda oposición es ilegal y el gobierno comunista acusa a los disidentes de ser "mercenarios" al servicio de Estados Unidos.