Apenas 56 kilómetros las separa territorialmente. No poseen la misma bandera nacional, pero son consideradas ciudades ‘hermanas’ por el flujo migratorio, comercial y turístico que comparten. Son Tacna, en el lado peruano, y Arica, en el lado chileno. Hoy son el centro de atención en ambas naciones por su cercanía a la zona en disputa marítima sobre la cual resolverá mañana la Corte de Justicia de La Haya.

Los 38.554 kilómetros que reclama Perú formalmente, desde hace seis años, ante el órgano judicial de la ONU son una zona rica en recursos pesqueros estimados en 200 millones de dólares anuales. Ahí operan unos 1.500 pescadores artesanales chilenos, procedentes de Arica (de 220 mil habitantes). Ellos temen verse afectados si no es favorable el fallo internacional que es inapelable.

En los pobladores ariqueños hay calma, en vísperas de darse a conocer el dictamen, lo mismo que en Tacna, de 280 mil habitantes, que vive del turismo, según señalan autoridades locales de las dos ciudades.

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El escenario es distinto en Lima y Santiago, donde en las últimas semanas los presidentes Ollanta Humala y Sebastián Piñera se han reunido, de manera reservada, con sus altos mandos de seguridad nacional y hasta con exmandatarios para analizar los pronunciamientos que darán luego del fallo. Un tema que, según analistas, se ha manejado con prudencia.

Fue en el segundo periodo de Alan García, (2006-2011) que Perú planteó en el 2008 la demanda ante la Corte de La Haya. Antes, Alejandro Toledo (2001-2006) en su mandato ya había intentado una negociación con Chile.

Perú alega la inexistencia de un límite marítimo entre ambos países y plantea que la nueva frontera en el mar sea con una línea equidistante en dirección al suroeste, trazada desde la costa de ambos países. Chile rechaza este argumento y sostiene que la frontera marítima es una línea paralela sobre las aguas del océano Pacífico que fue ratificada en los tratados suscritos en 1952 y 1954.

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En la Declaración de Zona Marítima de 1952 (firmada por Chile, Perú y Ecuador) se señala la defensa de recursos marítimos y de una línea paralela como forma de fijar los límites marítimos. Mientras, en el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954 se establece en uno de sus puntos una Zona Especial, a partir de las 12 millas marinas de la costa, de 10 millas marinas de ancho a cada lado del paralelo que constituye el límite marítimo entre los dos países. Para Perú, estos acuerdos solo regularon la actividad pesquera.

En Arica se genera el 33% de la pesca artesanal nacional, según Alberto Olivares, presidente de tripulantes artesanales de esta ciudad. Otros afectados serían Corpesca, la segunda exportadora mundial de harina de pescado después de Perú, productora de aceites y de omega 3, que extrae entre el 70% y 80% de sus recursos de la zona en disputa. La inquietud, según una nota on-line de La Tercera, es si en el suelo marino en disputa podrían generarse otros recursos a pesar de que no se han realizado exploraciones en la zona que permitan, como en Brasil, descubrir posibles reservas de hidrocarburos en las profundidades. Algunos historiadores chilenos opinan que se debe pensar en el futuro de manera conjunta entre Arica y Tacna para aprovechar el potencial comercial fronterizo.

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En Tacna, el turismo es la principal actividad generadora de recursos. Es preferida por ariqueños y por pobladores de ciudades chilenas como Iquique, Calama y Antofagasta. Por día, la ciudad peruana recibe 20.000 visitantes chilenos.

Según la Cámara Regional de Turismo (Caretur) de Tacna, al año reciben unos $ 400 millones por concepto del turismo, atribuidos en un 95% a los visitantes chilenos.

Los gobiernos de Perú y Chile han declarado que acatarán el fallo que se dictará en La Haya. Ambas naciones han tenido altibajos desde que se enfrentaron en una guerra a fines del siglo XIX, que le costó a Perú parte de su territorio sureño.

En Perú, esperan la decisión con mucho optimismo. “Creo que después del 27 (de enero) la ejecución del fallo marcará una nueva agenda con Chile”, expresó hace unos días Humala, quien enfrenta una baja en su popularidad, el 26% según una encuesta publicada por el diario El Comercio, y que podría mejorar si se obtiene un resultado favorable de La Haya.

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Los pescadores chilenos piden, en caso de un fallo adverso, medidas de mitigación como el mantener sus cuotas de pesca o jubilación anticipada.

Los acuerdos de 1952 y de 1954 son el sustento de Chile. Perú alega que estos solo regulan la actividad pesquera.

Creo que después del 27 (de enero) la ejecución del fallo marcará una nueva agenda con Chile”.Ollanta Humala, presidente del Perú