Al menos seis personas murieron este viernes en cuatro atentados contra la policía en El Cairo, en plena campaña de represión contra los islamistas en la víspera del tercer aniversario de la revuelta que expulsó al presidente Hosni Mubarak del poder.

Los atentados contra las fuerzas del orden se han multiplicado desde que el ejército derrocó el pasado 3 de julio al presidente islamista Mohamed Mursi, el único presidente elegido democráticamente en Egipto.

Cámaras de vigilancia de un edificio adyacente a la Dirección de la Policía muestran un vehículo estacionado frente al inmueble antes de estallar. Unos minutos antes de la explosión, se puede observar al conductor bajando del vehículo y subiendo a otro. Más tarde, dos policías inspeccionan el automóvil y vuelven a entrar al recinto.

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El ministerio del Interior, que había antes acusado a un kamikaze de este ataque, confirmó a la AFP la autenticidad de este video, añadiendo que los policías entraron para alertar a sus colegas.

La explosión provocó un profundo cráter y destrozó la fachada del edificio y del Museo de Arte Islámico, enfrente, donde varias piezas resultaron destruidas, según el ministerio de Antigüedades.

El atentado dejó cuatro muertos y más de 70 heridos, señaló el ministerio de Salud.

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Tres horas más tarde, una bomba de poco potencia estalló al paso de un coche policial en el centro de la capital, matando a un policía e hiriendo a otros cuatro, según la misma fuente.

Poco después, un tercer artefacto estalló cerca de una comisaría en una avenida que lleva a las grandes pirámides de Guiza, sin causar muertos. En la tarde, una persona falleció y cuatro resultaron heridas en una cuarta explosión cerca de un cine en la capital.

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La presidencia prometió que "vengará a los mártires", y advirtió que "sea quien sea que planeó, participó, financió o incitó (a cometer estos atentados) será sancionado con el peor de los castigos".

El gobierno instaurado por el jefe de las fuerzas armadas Abdel Fatah al Sisi reprime violentamente toda manifestación de los partidarios del derrocado presidente Mohamed Mursi.

Más de un millar murieron y otros varios miles fueron encarcelados, mayoritariamente miembros de los Hermanos Musulmanes, la influyente organización de Mursi.

Al mismo tiempo, decenas de policías y soldados murieron en atentados, los más mortíferos de los cuales fueron reivindicados por un grupo de la península del Sinaí inspirado en Al Qaida, en represalia según él por la "masacre" de los manifestantes pro Mursi.

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El jueves, cinco policías murieron ya en un atentado contra un puesto de control en una carretera en Beni Suef, a un centenar de kilómetros al sur de la capital.

El gobierno atribuye por su parte los atentados a los Hermanos Musulmanes, decretada "organización terrorista".

Las autoridades condenaron los atentados el viernes y reiteraron su "voluntad de luchar pacíficamente contra el golpe de Estado".

"El primer atentado (...) lleva la marca de Ansar al Maqdess", estimó David Barnett, especialista de los movimientos islamistas en Egipto del think tank Foundation for the Defence of Democracies.

La Unión Europea condenó estos atentados e hizo un llamado a que se prosiga con un proceso pacífico y democrático en Egipto.

Egipto celebrará el sábado el aniversario de la "revolución del 25 de enero", lanzada en 2011 en el tumulto de la Primavera Árabe. En preparación de esta jornada considerada como de alta tensión en un país profundamente dividido, policías y soldados se despliegan por todo el país y en particular en el centro de El Cairo, donde está la emblemática plaza Tahrir.

Los pro Mursi, liderados por los Hermanos Musulmanes, llaman a manifestarse durante 18 días, es decir la duración de la revuelta popular que puso fin, el 11 de febrero de 2011, a tres décadas de poder de Hosni Mubarak.

Pero el ministro de Interior advirtió que las fuerzas del orden responderán con "firmeza" a cualquier intento "de los Hermanos Musulmanes de sabotear las ceremonias", e instó a los egipcios a salir en masa a la calle para celebrar el 25 de enero y respaldar al gobierno.

Doce personas murieron en viernes en manifestaciones pro Mursi en todo el país. Cada día manifestantes pierden la vida en protestas. Asimismo, unos cien manifestantes fueron arrestados.

El viernes, poco después del atentado contra la dirección de la policía, en medio de los restos de cristales, hierro y madera, decenas de habitantes se congregaron para abuchear a los Hermanos Musulmanes, como ya ocurrió después de los últimos ataques.

Varios blandían retratos del general Sisi, que también es vice primer ministro y ministro de Defensa y que no esconde sus intenciones de presentarse a las presidenciales prometidas para 2014.

Tras la marcha de Mubarak, las fuerzas armadas tomaron las riendas del poder durante 16 meses antes de entregárselas a Mursi. Un año después, millones de egipcios se manifestaban para exigir su marcha, acusándole de acaparar todos los poderes en beneficio de su organización y de querer islamizar la sociedad a marchas forzadas.

En respuesta a esta "nueva revolución", el ejército derrocó a Mursi.

Desde entonces, Sisi y el gobierno que formó son muy populares entre los egipcios, que mayoritariamente quieren poner fin a tres años de "caos". Pero algunos intelectuales y figuras de la revolución de 2011 temen un regreso a los métodos de Mubarak, con la represión implacable de cualquier contestación.