El presidente Nicolás Maduro tiene un nuevo villano a quien culpar en su campaña por reducir el alto índice delictivo del país: las telenovelas, a las que acusa de trasmitir “antivalores” a la gente joven al resaltar la violencia, las armas y las drogas. El lunes por la noche, el vicepresidente Jorge Arreaza se reunió con operadores de televisión de señal abierta y de pago para revisar la programación del horario de mayor audiencia y les advirtió que pudieran estar infringiendo una ley del 2004 que obliga a transmitir programas “socialmente responsables”. Las dos partes se reunirán de nuevo en una semana para redactar un acuerdo. No está claro si el gobierno tomará medidas para restringir programas o imponer normas más estrictas a las telenovelas, pero la ministra de Comunicación, Delcy Rodríguez, reveló que desde el gobierno se va a ofrecer “un dispositivo” para que los padres puedan, en determinado momento, decidir qué programación ven o no sus hijos.

La presión sobre el gobierno para combatir la delincuencia aumentó este mes, tras el asesinato de la exMiss Venezuela Mónica Spear y su exesposo a manos de ladrones.

Roberto Briceño, del Observatorio Venezolano de Violencia, culpó de la violencia a la proliferación de armas ilegales, entre nueve y quince millones, según el propio gobierno.