Luego de la lluvia del 6 de enero, la expectativa de los moradores de sectores como Urdesa, Los Ceibos y Miraflores aumentó debido a las inundaciones que año tras año sufren en cada época invernal.

En Urdesa, el panorama de otros inviernos se repitió en la calle Víctor Emilio Estrada, a la altura de Ilanes y Costanera, que aquella noche resultaron inundadas. Igual sucedió con la av. Enrique Ortega, más conocida como Las Aguas, donde el agua alcanzó la vereda y en algunos casos ingresó a los garajes y patios delanteros de las viviendas.

“Esta situación siempre es igual, aquí el agua llegó ese día hasta las rodillas”, refirió Carlos Stowhas, quien vive desde hace 35 años en un condominio al pie de esta vía.

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En los exteriores de la urbanización Las Cumbres, vía de acceso a la Espol, el agua llegó a casi un metro de altura. Un morador que pudo ingresar a la urbanización en su camioneta modelo Ford 150 cuenta que esa noche, cerca de las 21:00, pudo observar tres carros averiados que eran empujados por sus conductores, quienes intentaban sacarlos del agua.

“Cuando la gente que lava sus carros bota agua, esta corre, no hay problema, pero cuando llueve fuerte parece que baja agua con lodo y rocas que tapan las alcantarillas y ahí en ese sector de la curva se inunda”, explicó Harry Torres, que habita en Urbacumbre desde el 2006.

Los Ceibos y sus zonas aledañas se caracterizan por tener zonas altas y bajas, y en el caso de la Urbanización Girasoles, en Santa Cecilia, el nivel del agua también llegó cerca de los 50 cm de alto.

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“Toda el agua que viene de la parte alta desemboca al fondo y ese día se inundó, los moradores que estacionan siempre sus carros en ese sector tuvieron que moverlos de ahí porque el agua llegó a la rodilla”, se quejó Paolo Montalván, guardia de seguridad de la ciudadela donde habitan noventa familias.

Específicamente en Los Ceibos, según algunos vecinos, el aguacero de ese día, que fue el primero de gran intensidad en el año, no dejó mayores estragos en las calles principales. “Esa noche, el agua de la lluvia sí fluyó. Recuerdo que hace años cuando llovía fuerte el agua nos llegaba hasta el cuello”, comentó Luis Murillo, quien trabaja desde hace 30 años en este sector.

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La calle Cuarta y av. Primera, en Los Ceibos, es recordada por ser uno de los sectores críticos, donde el agua ingresaba incluso a las viviendas.

Gonzalo Pereira, presidente del comité de moradores de Los Ceibos, manifestó no haber recibido reporte o quejas sobre inundaciones en su sector aquella noche.

“Yo no salí en el momento que llovía tan fuerte, pero siempre la gente se queja enseguida o saca algún comentario en Twitter, y realmente no tuvimos nosotros ninguna inundación que yo sepa”, manifestó.

Como medida preventiva, el Dr. Miguel Ángel Chávez, catedrático y Ph.D. en Biología y Recursos Hídricos de la Espol, manifiesta que el mantenimiento y limpieza de las alcantarillas es fundamental.

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Para Chávez, las inundaciones dependen mucho de las circunstancias del sector. Así, por ejemplo, habla de las acumulaciones de material que son producto de las erosiones de las partes más altas y que son acarreadas por las lluvias, limitando la correcta filtración del agua en el sistema de alcantarillado.

A esto se suma, según Chávez, una fuerte lluvia con marea alta, sobre todo en los sectores de Urdesa y Miraflores. “Cuando esto ocurre, no es posible la descarga del alcantarillado pluvial al estero y justo ahí hay problemas de inundaciones, puesto que el sistema actual funciona cuando las mareas no están muy altas”.

Ante esta situación, el profesor refiere que en el caso de Guayaquil es inminente, por encontrarse nuestra ciudad en la cota (nivel) 7 de altura promedio, con relación al nivel del mar, por lo que habrá que estar en constante prevención y mantenimiento del sistema de alcantarillado.

“Hay que estar a la expectativa porque Guayaquil es una ciudad baja, susceptible a las inundaciones y esto se podría agravar con el descongelamiento de los polos que incrementaría el nivel del mar progresivamente, y hay que entender que la ciudad con sus calles en el centro, norte y sur de la ciudad no puede cambiar”, explicó. Asimismo señaló que es importante tomar medidas que corrijan el efecto de las mareas.

“El dragado del río Guayas es una de las medidas, puesto que si coinciden las crecidas del río con la de la marea, los caudales no encuentran suficiente capacidad del cauce por el exceso de sedimento, entonces en esas condiciones el agua podría entrar a la ciudad”.

Mantenimiento

Ilfn Florsheim, vocera de Interagua, indicó que el 15 de octubre del 2013 se inició el plan preinvernal de limpieza de sistemas de aguas lluvias en toda la ciudad.

En un comunicado señaló que este trabajo, que debía concluir ayer (15 de enero), incluye el mantenimiento de 162 canales de aguas lluvias, 72 ductos cerrados, 41 alcantarillas, 66.584 sumideros y 21.050 cámaras.

Asimismo manifestó que inmediatamente se iniciará la fase invernal, que consiste en la relimpieza de aquellos sectores que nuevamente se vean afectados por la presencia de taponamientos y obstrucciones.

“Yo los he visto (trabajadores de Interagua) unas tres veces el año pasado sacando las rejillas y limpiando, la última vez fue hace unas semanas”, dijo Sergio Célleri, guardia de seguridad de Los Ceibos.

Miguel Coraizaca, propietario de una tienda en Urdesa, se encuentra a la espera de las próximas lluvias. “Hay que ver si cuando llueva más fuerte nos va bien y no se inunda más”, dijo. Su local se encuentra junto al cangrejal Red Crab, en la Víctor Emilio Estrada, sector que se inundó con la última lluvia y donde Interagua realizó el año pasado el cambio de sistema de alcantarillado pluvial.

Mauro Viteri, presidente de la comunidad de Urdesa, señaló: “Hay que esperar que llueva para saber si realmente reaccionan bien las innovaciones del alcantarillado”. El dirigente pudo constatar que el sector de Las Lomas junto a la UPC, a diferencia de años anteriores, en esta ocasión no se inundó. “Ese día sí drenó, lo que significaría un cambio”, manifestó.

En la ciudadela Girasoles, en el sector de Santa Cecilia, otro de los sitios donde se acumuló el agua, la moradora Ketty Ceballos manifestó que días antes de la lluvia del 6 de enero solicitó a personal de Interagua que colocara rejillas en dos alcantarillas ubicadas justo en el sitio que se inundó, lo que hasta la fecha, puntualiza, no se ha solucionado.

“Yo sí he visto que han venido por aquí a limpiar las alcantarillas, pero este sector todos los años igual se inunda cuando llueve fuerte”. CELI TIGUA, trabaja en av. Las Aguas