Un fuerte oleaje que se inició la madrugada de ayer en el puerto El Matal provocó la caída de diez cabañas de pescadores que se vieron alertados por la fuerza de la marejada que arrastró una panga artesanal.

En este puerto, la mayoría de pescadores optaron por no salir a sus faenas hasta que pase el oleaje, el que había sido advertido por el Inocar.

En Esmeraldas, moradores del recinto Tacusa, parroquia Camarones, sufrieron ayer el embate de olas que golpearon con fuerza el malecón local.

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Las olas ocasionaron el derrumbe de tierra en 400 metros a lo largo de la playa. Los habitantes temían que estas destruyeran una cancha y seis casas ubicadas cerca de la playa.

La vivienda de David Cortez, pescador de 47 años, se destruyó. “El agua entró a la casa, antes estábamos a cuatro metros del límite de la playa, ahora esta quedó en la playa”, dijo.