El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la exsecretaria de Estado y ex primera dama Hillary Clinton se erigieron este 2013 como las personas más admiradas en EE.UU. por sexta vez consecutiva pese a la caída de su popularidad, según un sondeo de Gallup.

Clinton, que anunciará este año si se presenta a las próximas elecciones presidenciales, bate además un récord en la historia de este sondeo, al haber estado 18 veces entre las más admiradas de Estados Unidos.

La encuesta indica, no obstante, que tanto Obama como Clinton vieron reducida su popularidad el 2013.

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En el 2012, el 30% de los estadounidenses consideraron a su presidente la persona más admirada, pero cerró el año pasado con el 16%. Obama consiguió el 2013 doce puntos porcentuales más que quienes le siguen en la lista de los hombres más admirados: el expresidente George W. Bush y el papa Francisco con un 4% cada uno.

Por su parte, Clinton pasó del 21% de 2012 al 15%, en la lista de mujeres en la que también figuran la estrella de la TV Oprah Winfrey, con el 6%; la mediática exgobernadora de Alaska Sarah Palin y la primera dama Michelle Obama, ambas con un 5%.

Clinton terminó el año afirmando que no se apurará y que tiene pensado decidir “en algún momento del 2014” si se presentará para lograr la candidatura presidencial demócrata para las elecciones del 2016.

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“Obviamente, miraré cuidadosamente a ver qué puedo hacer y tomaré esa decisión en algún momento del próximo año”, indicó Clinton en una entrevista con Barbara Walters en la cadena de televisión ABC, al ser reconocida como la ‘Persona más fascinante de 2013’ en el programa de la periodista.

Clinton, quien encabezó la diplomacia estadounidense entre enero de 2009 y febrero de 2013, aseguró que es una decisión “difícil”. “Por ello no voy a apurarme”, aseguró.

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“Debemos estar atentos al trabajo que tenemos ahora. Nuestra tasa de desempleo es demasiado alta. Tenemos gente a quien se le están retirando los cupones de alimentos que están pasando un terrible momento económico”, dijo Clinton.

De lanzarse por la candidatura presidencial demócrata, Clinton es considerada como la principal apuesta. Tras su salida del gobierno se formó un comité de acción política independiente para recabar fondos de cara a su futura candidatura.