Una escenografía impecable y en constante movimiento fue parte del éxito que tuvo la obra Scrooge, que se estrenó la semana anterior en el Teatro Sánchez Aguilar.

Como todas las obras de Jaime Tamariz, este cuento de Navidad, de Charles Dickens, dio de qué hablar en las redes sociales y llenó durante cinco días consecutivos la sala principal del teatro.

María José Flores escribió en Twitter: “Magistral puesta en escena de Scrooge. Cuidaron hasta el último detalle”. Algo similar puso Blanca Ugarte, quien resaltó el montaje del escenario.

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Mientras que Patricia Lara asistió con sus hijos. “Salí encantada por el mensaje navideño”, dijo.

El malhumorado y gruñón empresario Ebenezer Scrooge estuvo protagonizado por el español José Burgos, quien tuvo la audacia de interpretar en una misma pieza teatral dos personajes a la vez.

En una era el viejo que no creía en la Navidad, y en otra, cuando se le presentó el espíritu de las Navidades Pasadas, recreó al joven Scrooge, enamorado de Belle (Érika Vélez) y lleno de aspiraciones que lo dejen lejos de la pobreza.

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Otro de los personajes que más llamó la atención por su desenvolvimiento fue el pequeño Dante Morales, como Tim, hijo del fiel y honesto empleado de Scrooge, Bob Cratchit.

Su dulzura e inocencia se representaron en su mensaje: “¡Feliz Navidad para todos... Feliz Navidad para todos!”, gritó.

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Bob, interpretado por Alejandro Fajardo, fue uno de los personajes que mostró nobleza cuando ofreció un brindis por la salud de su avaro jefe, benefactor de aquella cena de Nochebuena.

No se puede dejar de lado los efectos montados en los tres espíritus navideños, el de las Navidades Pasadas, papel de Chavi Muraday; y el de las Navidades Presentes, por Itzel Cuevas, además de ser también la ama de Scrooge, la señora Dillbert.

Los cambios de tiempo los manejaban los bailarines, quienes tienen la posta de trasladar en el tiempo al público, que en su mayoría eran niños.

Mientras que el de las Navidades Futuras fue una gran marioneta negra, que representando “la muerte”, cambió el sentimiento de Scrooge y lo convirtió en una persona alegre y agradecida.

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Entre el elenco estuvo el actor guayaquileño Juan José Jaramillo, como el sobrino de Scrooge, Fred Honeywell, quien cautivó por su optimismo, pero también por su maquillaje en el rostro.

Fue un espectáculo navideño, que conmovió al público. La obra se cerró al ritmo de “La Navidad es una fiesta, para compartir, la Navidad es una fiesta...”.

Al salir de la sala los actores esperaron en el lobby del teatro para fotografiarse con el público.