Cuatro hombres sin techo, uno de los cuales tenía consigo a su perro, asistieron  ayer  al Vaticano para desayunar con el papa Francisco en su cumpleaños  77.  Los cuatro viven en las calles del barrio romano fuera de los muros de la Santa Sede, y fueron invitados por el, informó el Vaticano.

Las cuatro personas que acudieron este martes a Santa Marta, donde reside Francisco, fueron elegidas por el limosnero del papa, el polaco Konrad Krajewski, (clérigo a cargo de repartir limosnas a la misa que Francisco celebra diariamente en el hotel donde reside), entre aquellas sin hogar que viven a la intemperie en el barrio aledaño al Vaticano.

Uno de los hombres sostenía a su perro cuando se lo presentaron a Francisco, mientras los invitados conversaban luego de la misa.

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El pontífice también invitó a sus empleados domésticos para que lo acompañaran en una atmósfera “familiar” y los mencionó uno por uno durante la homilía.

Francisco, que está haciendo historia como uno de los papas más informales y prácticos de los tiempos recientes, reflexionó sobre el papel de la gente en el mundo. “Dejemos que el Señor escriba nuestra historia”, afirmó en su homilía.

Después de la misa, todos desayunaron con el pontífice en el comedor del hotel.

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Francisco ya apagó las velas de su pastel de cumpleaños, que le presentaron unos niños el sábado, pero le aguarda otro regalo. Una delegación del equipo de fútbol de sus amores en la Argentina, San Lorenzo, le entrega hoy una réplica del trofeo que acaba de ganar como campeón de la liga local.

En un primer momento se había pensado que el papa recibiría ayer, día de su 77 cumpleaños, a la delegación del club, del que es uno de sus máximos simpatizantes, pero la agenda llena del pontífice se lo impidió.