Estados Unidos anunció hoy nuevas sanciones contra individuos y empresas por llevar a cabo transacciones financieras con Irán, un gesto que remarca su compromiso para detener el programa nuclear iraní tras el acuerdo de Ginebra.

"Estas acciones deberían ser un claro recordatorio a empresas, bancos y ejecutivos en todo el mundo de que continuaremos aplicando sin descanso nuestras sanciones, incluso cuando exploramos la posibilidad de una resolución integral y de largo plazo a nuestras preocupaciones sobre el programa nuclear de Irán", afirmó David Cohen, subsecretario Inteligencia Financiera y Terrorismo del Tesoro.

Cohen precisó en un comunicado que el acuerdo de Ginebra "no interfiere, ni lo hará", en los esfuerzos puestos en marcha por Washington "para exponer y entorpecer a aquellos que apoyan el programa nuclear de Irán o buscan evadir nuestras sanciones".

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El acuerdo de Ginebra fue sellado el pasado 24 de noviembre entre Irán y el grupo 5+1 (EE.UU., Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania), concede un alivio temporal para Irán a cambio de neutralizar su arsenal de uranio enriquecido y permitir acceso diario a los inspectores internacionales a instalaciones iraníes.

Las sanciones anunciadas este jueves son las primeras después de alcanzar este pacto, que ha sido recibido con escepticismo por ciertos sectores del Congreso de Estados Unidos que buscan aumentar la presión sobre Teherán.

Entre las empresas incluidas en la "lista negra", y por la que quedan congelados sus activos en EE.UU. y se les prohíbe realizar operaciones financieras con estadounidenses, figuran compañías de transporte marítimo como Mid Oil Asia (Singapur), Siqiriya Maritime Corp. (Filipinas) y Ferland Company Limited (Ucrania), que utilizaban empresas encubiertas para exportar petróleo iraní.

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Desde que EE.UU. y la Unión Europea adoptasen estas medidas de presión en 2011, las exportaciones de petróleo de Irán se han reducido en un 60%.

El anuncio se produce un día después de que el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y el secretario del Tesoro, Jack Lew, se reuniesen a puerta cerrada en el Capitolio con congresistas estadounidenses para explicar la estrategia de la administración del presidente Barack Obama.