El expolicía Patricio Hernán Salazar, acusado de disparar la bomba lacrimógena que dejó en coma al estudiante del Colegio Mejía Édison Cosíos el 15 de septiembre del 2011 durante una manifestaciones fuera del establecimiento educativo, se entregó a las 09:10 de este lunes a la Policía Judicial de Pichincha.

A su llegada a la Policía Judicial, donde le leyeron sus derechos, Salazar manifestó que era inocente y que la Fiscalía no pudo aportar con pruebas que demuestren que él disparó el arma no letal.

Sin embargo, señaló que como exmiembro de la Policía, a él le enseñaron a respetar la Ley y que la condena de cinco años de prisión debe cumplirla.

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Está previsto que este medio día sea trasladado a la Unidad de Flagrancia donde le realizarán exámenes médicos y posteriormente irá al Centro de Detención Provisional de Pichincha a la espera de que la Dirección de Rehabiltiación Social determine en qué centro cumplirá la condena.

Salazar espera que sea en la cárcel 4 que es la destinada para policías y expolicías.

Cosíos ha mostrado en los últimos meses una recuperación física con  una mejoría motora y sensitiva, lo que según especialistas médicos, significa que ha salido del estado vegetativo y se encuentra en un estado de conciencia inicial.