“Si yo llego a entrar al grupo de las 16, llego al top de las cinco”, recuerda que le dijo la Miss Ecuador Constanza Báez el día de la elección de Miss Universo, mientras le retocaba el maquillaje. “Luego, cuando ya quedó entre las finalistas, estaba emocionada, se le querían salir las lágrimas, y yo le decía: ‘nada de llorar, tienes que ser fuerte’”, recuerda Cuty Ycaza.

Aunque miles de ecuatorianos vivieron la emoción, a través de la televisión, de ver a una Miss Ecuador quedar entre las tres mujeres más bellas del planeta, Cuty, como una de las seis maquilladoras oficiales del Miss Universo, tuvo el privilegio de ser la única ecuatoriana en vivir codo a codo esos momentos junto a Constanza.

Hace 10 años, cuando el Miss Universo se realizó en Ecuador, el trabajo de Cuty llamó la atención de los organizadores y desde entonces la invitaron a formar parte del staff oficial de maquilladores del evento de belleza. Desde entonces ha viajado todos los años a donde se realiza el concurso, a países como México, Brasil, Vietnam, Estados Unidos, Bahamas, entre otros, y ahora último a Rusia.

Publicidad

“Somos seis maquilladores de planta y siempre son diez del país donde se realiza el evento. Entre los seis hay dos japoneses, tres estadounidenses y yo, la única latina, la única que habla español y eso te da ventaja con las candidatas latinas, porque se sienten identificadas por el idioma y porque el estilo de maquillarse de las latinas es un estilo más sexi, más producido”, cuenta esta mujer menudita que luce maquillada como una miss.

“De todas las experiencias en los Miss Universo esta última fue la más linda para mí, porque Constanza quedó entre las finalistas y viví de cerca la emoción de la clasificación. El nombre de Constanza sonaba bastante y pedí a mi jefa que me mande a retocar a las finalistas, pues los otros maquilladores debían retocar a los presentadores y al jurado”, recuerda.

“Para mí, como profesional, fue espectacular porque esta vez tuve la oportunidad de maquillar a las finalistas”, dice orgullosa Diana Ycaza Velásquez, más conocida como Cuty, quien se siente sobre todo mucho más orgullosa no solo de pertenecer a ese staff, sino de haber sabido mantenerse por 10 años.

Publicidad

Cuty, que tiene su centro de belleza con su nombre desde hace 12 años, cuenta la mecánica del Miss Universo. “Normalmente, durante los días que dura el evento yo tengo mi estand y la candidata que quiera se acerca y la maquillo, ellas eligen con quién maquillarse, por eso siempre puedo maquillar a las ecuatorianas, así como a la mayoría de latinas”.

Vivaz y locuaz, confiesa que “en esta profesión una es hasta psicóloga, pues aparte de tener paciencia se debe tener mucho tino en el trato. Añade que “con las asiáticas y las de raza negra se me hace más difícil porque no son razas que yo domine con el maquillaje, pero, ojo, mi negocio tiene abiertas las puertas para ellas”.

Publicidad

La segunda de los cuatro hijos de Martín Ycaza (+) y Diana Velásquez, recuerda que desde chiquita maquillaba a sus muñecas y a sus primas y que siempre decía que cuando se graduara del colegio iba a ser maquilladora, aunque sus papás inicialmente no la apoyaban porque decían: “Me iba a morir de hambre”. Estudió un par de años Educación de Párvulos y luego viajó a Miami, EE.UU., donde estudió peluquería (Labelle Academy), cosmetología (Florida College of Natural Health) y maquillaje (Gabriel Beauty Productions).

Hace doce años, junto a su madre, montó su negocio, que primero fue un spa, y desde hace seis funciona como escuela integral de belleza bajo el nombre de Cuty Ycaza Beauty Academy, donde se imparten clases avaladas por el Ministerio de Educación, de peluquería, cosmetología y maquillaje. “Tenemos siempre un promedio de 100 alumnas y ya han salido algunas camadas”, comenta Cuty, quien finalmente juntó dos de sus pasiones: la enseñanza y la belleza.

Es un trabajo duro, dice, pero cuenta con el apoyo incondicional de su esposo, Santiago Avellán, y sus dos hijas: Valentina, de 6 años, y Alessia, de 2.

Dicen de ella

Publicidad

En el trabajo es incansable y metódica, y en la casa es muy cariñosa como esposa y madre, siempre está muy pendiente de su familia”.Santiago Avellán, esposo