El 62% de ecuatorianos mayores de edad padece sobrepeso u obesidad. Los malos hábitos alimenticios influyen.

Sentada en un sillón de su casa, Elizabeth, de 46 años, intenta recordar cuándo su cuerpo empezó a transformarse en su cárcel.

Ella mira una foto después de su último parto, hace ya 26 años, y no cree que la mujer de cerca de 160 libras que posa sentada en la banca de un parque es la misma que llegó a pesar hasta hace seis meses 320 libras y la que tomó por costumbre desayunar un vaso de gaseosa con dos panes.

Publicidad

Junto a las consecuencias de una obesidad que le ha llevado a tener mareos constantes, no poder caminar, sentir que las piernas explotan por la retención de líquidos... lo que más le duele es que su aspecto físico esté afectando su relación de pareja e incluso que sus dos hijos tengan vergüenza de salir con ella o que sus amigos se enteren que es su madre.

Mosquera hace parte de ese 62% de la población ecuatoriana, mayor a 19 años, que posee sobrepeso u obesidad.

Según el Ministerio de Salud, dos de cada diez habitantes del país tienen obesidad y cuatro de cada diez sobrepeso. Miriam Andrade, coordinadora de la carrera Nutrición Humana de la Universidad Católica de Quito, cree que la realidad de Elizabeth es la evidencia del cambio de hábitos alimentarios que se iniciaron en el país hace muchos años y solo en la última década se están observando fatales consecuencias.

Publicidad

En días pasados, en declaraciones a la prensa, la ministra de Salud, Carina Vance, indicó que del 2001 al 2011 las enfermedades crónicas no transmisibles se convirtieron en principales causas de muerte en el país, sobre todo en Guayas, Pichincha, Los Ríos y Manabí, según el INEC. Sin precisar fecha, la ministra informó que tras haber estado en el quinto lugar entre las causas de muerte, hoy la diabetes es la primera.

La adopción de malos hábitos alimenticios, la falta de ejercicio, el poco conocimiento de una alimentación balanceada y la información nutricional de productos son razones que dan expertos en nutrición para que, en pocas décadas, se haya pasado del tema desnutrición al dominio de la obesidad.

Publicidad

En junio pasado, a Elizabeth su médico le dijo que si seguía basando su alimentación en carbohidratos, azúcares y grasas, y no hacía deportes, corría el riesgo de padecer diabetes. Esa sentencia la obligó a entrar en una dieta rigurosa y a un programa de ejercicio que le ha hecho perder 40 libras.

La recomendación que Elizabeth tomó de un médico, Luis nunca la acogió, pese a la hipertensión que sufría. Llegó a pesar 400 libras y, en septiembre pasado con 45 años, murió por un derrame cerebral ocasionado por una obesidad extrema, según indica el informe de autopsia. Su esposa cuenta que tenía malos hábitos alimenticios. Dos años antes había sufrido derrame cerebral, pues pese a que tomaba varias medicinas para la hipertensión ingería grasas y alcohol.

En recorridos por jardines de infantes, escuelas, colegios, universidades y ciertos sectores donde comúnmente la gente acude a comer, se evidencia que alimentos fritos o asados ricos en carbohidratos y grasas son la base de la dieta diaria de niños, jóvenes, oficinistas, deportistas, estudiantes o amas de casa.

La nutricionista Alexandra Bajaña, coordinadora de la carrera Nutrición Humana de la Universidad Católica de Guayaquil, cree que los problemas de sobrepeso también se generan porque la mayoría de jóvenes y adultos no desayunan por falta de tiempo, y como no han consumido nada de noche ni en la mañana comen mucho en el almuerzo. “Son propensos a comer rápido sin masticar bien, o se ven movidos a picar alimentos pocos nutritivos”, dice.

Publicidad

La maestra de un jardín de infantes en Guayaquil comenta que sugieren a los padres que incluyan en el lunch frutas, cereales y otros alimentos nutritivos, pero hay un alumno que en recreo es como si almorzara. “Ese niño padece de sobrepeso. Pero sus padres no acatan la sugerencia nuestra”, lamenta.

Gabriela Peré, nutricionista del hospital de niños Roberto Gilbert, refiere que al menos el 60% de pacientes que llega a su área tiene problemas de salud por malos hábitos alimenticios. “Cada día son más los niños que llegan con triglicéridos y colesterol elevados. No necesariamente deben ser gordos para padecer problemas originados por la mala alimentación”, dice la especialista de este hospital, donde cada año se detectan unos 25 mil casos de sobrepeso u obesidad.

Según el psicólogo clínico Lucio Balarezo, el que se tenga poblaciones más jóvenes afectadas por la obesidad, sobrepeso o problemas cardiovasculares, producto de la acumulación de colesterol, obedece en una buena medida a campañas de marketing que buscan posicionar –desde pequeños– estilos de vida, formas de vestir y hasta como alimentarse.

Los especialistas dicen que desde el Estado hay intentos por dar soluciones a este problema de salud, pero coinciden en que debe pensarse en soluciones integrales que partan de la educación de la población en temas de nutrición.

Al defender la nueva normativa para el etiquetado de productos alimenticios, la ministra Vance dice que con mejores hábitos se podrían disminuir las enfermedades relacionadas con la mala alimentación. Las campañas de publicidad estatales para mejorar los hábitos alimenticios, dicen los especialistas, deben fortalecerse.

La actividad física es otro frente. Indicadores como que el ecuatoriano el 2012 dedicó solo 4,24 horas semanales a actividades físicas motivó al Ministerio del Deporte a iniciar la campaña ‘Ejercítate Ecuador’ con entrenadores que realizan jornadas de ejercicios.

Además, atendiendo la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que señala que para que los jóvenes tengan una vida sana como mínimo deben tener 60 minutos diarios de actividades físicas, el Ministerio de Educación integrará en la malla curricular una hora al día de ejercicios.

La regulación de venta de alimentos poco nutritivos en bares escolares aparecen también como alternativa, desde el Ministerio de Salud.

Pero Pablo Dávila, presidente de la Cámara de Industrias y Producción, cree que los problemas no se solucionarán con el etiquetado de los alimentos procesados con los colores de un semáforo para categorizar el contenido. Dice que se requiere un análisis profundo que acentúe una perspectiva de política pública en la que se aliente al consumidor a decidir con información completa, que lo lleve a optar por las dietas equilibradas; y, además, se combata el sedentarismo.

Elizabeth dice que está empeñada en bajar de peso; primero por salud y por ganar confianza para mejorar su vida familiar. Sabe que depende de ella y mañana, dice, empezará un tratamiento psicológico para lograrlo.

30% DE NIÑOS
De entre 5 y 11 años, tienen sobrepeso y obesidad, uno de cada diez niños y niñas, según el Ministerio de Salud.

62% DE ECUATORIANOS
Mayor a 19 años en el país tiene sobrepeso u obesidad, ha indicado la ministra de Salud, Carina Vance.

25,5% DE DEFUNCIONES
Fueron por diabetes, enfermedades hipertensivas y cerebrovasculares en el 2011, según el INEC.

En centros de estudios se expenden comidas ricas en grasas y carbohidratos, pese a la prohibición estatal de que se lo haga.