El cantautor español Luis Eduardo Aute y el sociólogo y escritor brasileño Emir Sader se sumaron este martes la campaña del gobierno ecuatoriano contra la petrolera estadounidense Chevron, acusada de daños ambientales en la Amazonía.

Las dos figuras recorrieron junto a funcionarios del gobierno y activistas de España y Brasil, una piscina de desechos petroleros, en la localidad selvática de Aguarico, donde hundieron sus manos enguantadas.

"Esta catástrofe no puede quedar impune. Por mi parte voy a promover e informar al mundo sobre esto en la medida de mi capacidad", señaló Aute, quien llevaba una bufanda con los colores de la bandera ecuatoriana.

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El presidente Rafael Correa lanzó el 17 de setiembre la campaña "La mano sucia de Chevron", para denunciar el daño ambiental atribuido a su filial Texaco en la Amazonía, y el intento de la compañía estadounidense de desconocer una millonaria indemnización fijada por la justicia ecuatoriana.

Por su parte Chevron, que califica el juicio de fraude y alienta acciones legales contra la sentencia en Nueva York y La Haya, criticó nuevamente la ofensiva mediática con la que el gobierno busca llamar la atención de celebridades. Antes de Aute y Sader, también visitó la zona el actor y activista estadounidense Danny Glover.

"El gobierno ecuatoriano continúa organizando shows mediáticos para desviar la atención de sus propias obligaciones en el Oriente y del fraude perpetrado contra Chevron en la Corte Provincial de Sucumbíos", indicó la petrolera en un comunicado.

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Chevron asegura que Texaco cumplió con la reparación ambiental de los daños generados durante el tiempo que operó en Ecuador (1964-1990), y que fue liberada de cualquier responsabilidad a través de un acuerdo suscrito con las autoridades de la época.

"Cualquier problema ambiental en la zona (...) es exclusiva responsabilidad del Estado ecuatoriano y su petrolera estatal, Petroecuador", reiteró la compañía.

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El pasado martes, la suprema Corte Nacional de Justicia condenó a Chevron a pagar 9.500 millones de dólares, la mitad de lo impuesto en un fallo inicial, tras 20 años de litigio.

La empresa no tiene activos en Ecuador, y el estado buscará cobrar la indemnización en unos 30 países, incluidos Brasil y Canadá.