La defensa de Hernán Salazar, el expolicía que fue encontrado culpable de impactar con una bomba lacrimógena a Édison Cosíos, espera que la sentencia se ejecutoríe para interponer recursos a nivel internacional.

Esto, mientras el joven estudiante del colegio Mejía muestra una mejoría al haber salido del estado vegetativo irreversible diagnosticado por los médicos a un estado de conciencia inicial, que le permite responder a estímulos físicos y, con movimientos de los dedos y ojos, a las preguntas que le hacen sus familiares.

Luis Peñalosa, abogado del expolicía, señaló que una vez que se disponga la ejecución de la sentencia no será necesario que se emita una orden de captura porque Salazar se presentará de forma voluntaria para cumplir la pena.

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“Además que al haber un error judicial plantearemos acciones contra esa sentencia en el país, como paso previo a ingresar una queja en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, dijo.

En dos instancias la justicia condenó a Salazar a ocho años de prisión y al pago de una multa de $ 50 mil por tentativa de asesinato. Sin embargo, en octubre pasado la decisión se modificó en la Corte Nacional de Justicia (CNJ), que lo sentenció a cinco años de cárcel y al pago de $ 100 mil por el delito de lesiones graves.

El jurista consideró que, además, no se valoró correctamente la prueba a favor de su cliente presentada ante los jueces y el cambio del tipo penal en la casación podría beneficiar a su defendido ante los organismos internacionales.

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“Respetamos la lucha de la familia Cosíos, nos solidarizamos con su dolor, pero aquí se cometieron errores. Por respeto al joven se debió hacer una investigación más prolija”, indicó.

De su parte, Rigoberto Ibarra, abogado de la familia Cosíos, también espera que la sentencia se ejecute cuanto antes para que la familia tenga tranquilidad en el campo legal.

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“Creemos que la indemnización establecida por la Corte es incobrable. Se podría iniciar una nueva acción en caso de que exista insolvencia (del expolicía), pero la familia lo que buscaba es que se establezca un precedente”, dijo Ibarra.

A mediados de esta semana la madre de Édison, Vilma Pineda, mostró con emoción lo que ella considera un milagro.

Édison es capaz de sonreír, entender muchas cosas que se le dicen y responder apretando la mano o moviendo los dedos, algo que hace dos años era impensable para los médicos.

65
Por ciento

De la masa encefálica del estudiante Édison Cosíos se afectó por el impacto de la bomba lacrimógena.

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