La capital de España y la ciudad Valparaíso, de Chile, viven el mismo drama: huelga del servicio de recolección de basura. En la ciudad chilena se decretó alerta sanitaria, mientras en Madrid el paro aún no afecta al servicio de recolección de basura doméstica, pero las plazas empiezan a saturarse.

En ambos países, el problema es económico. En la ciudad sudamericana, los recolectores demandan aumentos salariales; mientras en la ciudad europea, los trabajadores se oponen a los recortes o bajas salariales.

Chile

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El gobierno decretó el jueves el alerta sanitaria en el turístico puerto de Valparaíso, en el que desde hace 18 días no se recoge la basura.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, decidió que era hora de decretar la alerta porque "no es legítimo que nuestros compatriotas tengan riesgos sanitarios".

El paro de los recolectores de desechos se inició el 16 de octubre y el gobierno de Sebastián Piñera inició las negociaciones con los alcaldes y los representantes de los trabajadores recién el 31 del mismo mes, cuando en las calles de Valparaíso se acumulaban miles de bolsas de basura, muchas rotas por perros y gatos atraídos por los olores de comidas. También se vieron afectadas otras ciudades como Temuco, en el sur.

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Los recolectores de basura demandan aumentos salariales y bonos por mejoras en la gestión, equiparables a los de otros trabajadores del Estado.

El paro indefinido afectó inicialmente a unas 60 municipalidades y el jueves se extendió a las restantes 285 alcaldías de todo el país y a los funcionarios del Estado, que afecta más de 200 actividades como la atención en las guarderías infantiles a las que asisten menores de familias desposeídas; el registro civil, el servicio forense y centros de atención de salud.

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Los empleados del Estado demandan un reajuste salarial de 8,8% y de un 10% a quienes tienen los ingresos más bajos, pero el gobierno se niega a debatir sobre cifras hasta después de la aprobación del presupuesto nacional de 2014 en el Congreso y de las elecciones generales del 17 de noviembre, cuando se elegirá presidente, 20 de los 38 senadores, a los 120 diputados y a decenas de consejeros regionales.

Decenas de alcaldes se reunieron a unas cuatro cuadras del palacio de gobierno de La Moneda en Santiago y al término del encuentro, cuando una veintena intentó avanzar a la sede del Ejecutivo para entregar una propuesta de solución, se produjeron roces con carabineros que intentaron cerrarles el paso. Sin embargo, más de una decena logró llegar.

España

La basura se apilaba este jueves en las calles de Madrid en el tercer día de huelga del personal de limpieza y jardines de la capital española contra un plan de despidos y reducción de sueldos como consecuencia de los recortes.

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Las papeleras de la ciudad desbordaban de embalajes, botellas y colillas mientras en las plazas del centro, como la emblemática Puerta del Sol, se acumulaban los papeles como resultado de este paro indefinido.

"¡Esto es vergonzoso! ¡Estamos en Madrid!", se exclamaba una viandante, Rosa Aguilar, de 46 años. "No es manera de protestar. Así no vamos a ningun sitio", lanzaba, cerca de la estatua de bronce de la Plaza Jacinto Benavente, que representa a un barrendero al pie de cuya escoba hay ahora un verdadero montón de papeles.

La huelga no concierne al servicio de recogida de basuras domésticas por lo que la suciedad en las calles de Madrid no alcanzaba todavía el gran nivel acumulado este año en las huelgas de limpieza de ciudades como Jerez de la Frontera o Granada.

Las cinco empresas contratadas por el ayuntamiento de Madrid para el mantenimiento de las calles y los jardines preparan la supresión de unos 1.100 puestos de trabajo (un 20% de su personal) y reducciones salariales de hasta el 40%, según los sindicatos convocantes de la protesta, iniciada el martes.

"Yo creo que tenemos que apoyar a esa gente que está haciendo la huelga y nada de servicios mínimos", afirma otro madrileño, José Antonio Zaragoza, de 51 años. "Esto es una consecuencia de las políticas" de austeridad de unos responsables políticos a los que "realmente no les preocupan nada el ciudadano", denuncia.

El paro "seguirá el tiempo necesario para que paren con esta locura", afirmaba el martes Juan Carlos del Río, portavoz del sindicato UGT.

Las empresas implicadas, que ya despidieron a 350 en agosto, afirman que los nuevos recortes son inevitables dado que el ayuntamiento, presionado como todas las administraciones españolas para reducir el gasto público, redujo drásticamente su presupuesto de limpieza.

El presidente de la Asociación de Empresas de Limpieza de Madrid (Aselip), Francisco Jargón, afirmó el martes: "no veo solución" al conflicto porque "los sindicatos no quieren negociar" los términos del ajuste. "Madrid va a ser una porquería", advirtió.