El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció este jueves en la conferencia general de la Unesco la existencia de un orden mundial "injusto" e "inmoral" que antepone el capital financiero al ser humano y que beneficia a los países ricos y penaliza a los pobres.

"Necesitamos menos caridad y más justicia, evitando la privatización del conocimiento", a fin de dar "un impulso fundamental para el desarrollo de las naciones más pobres", sostuvo Correa en la sede parisina de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El presidente ecuatoriano aseguró que el problema del desarrollo "no es técnico, sino político", y subrayó que "la superación de la pobreza es el mayor imperativo moral que tiene el planeta".

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Los sistemas políticos, económicos y sociales que prevalecerán "serán aquellos que permitan el mayor avance tecnológico y científico, pero también su mejor aplicación para el bien común", añadió.

Arremetió contra el sistema de patentes, por ejemplo en los productos farmacéuticos, y contra la contaminación medioambiental de los países altamente industrializados.

Mientras los Estados ricos son los grandes productores de ciencia y tecnología, otros como Ecuador producen "bienes ambientales" de los que se benefician todos y no recibe ninguna compensación, dijo.

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"Hoy algunos piden que no se explote el petróleo de la Amazonía, pero eso conlleva costos inmensos por los ingresos no percibidos. Imagínense que la situación fuera la inversa (...) Seguramente ya nos habrían invadido para obligarnos a pagar una compensación", lanzó Correa.

El mandatario resaltó que "el orden mundial no sólo es injusto, sino inmoral", y citó expresamente el ejemplo de la petrolera estadounidense Chevron, demandada por comunidades indígenas por contaminación en la zona amazónica ecuatoriana.

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Chevron fue condenada en 2011 por la Corte de la provincia ecuatoriana de Sucumbíos a pagar más de 19.000 millones de dólares de indemnización por los graves daños que se le imputan que causó en la Amazonía durante el tiempo en que operó en Ecuador, entre 1962 y 1990.

Según Correa, que acusó a Chevron de haber intentado comprar a la justicia ecuatoriana, la empresa estadounidense ha orquestado desde entonces una campaña de desprestigio contra su país, mientras siguen abiertas varias causas en La Haya y Nueva York.

"Frente a la infamia de esta empresa (...) Ecuador utilizará el arma más letal que se haya inventado, la verdad", enfatizó Correa, quien ensalzó ante el auditorio de la Unesco la diversidad cultural y ambiental de su país.

Bromeó con que en Argentina se destaque que el Papa es argentino y que haya brasileños que "creen" que Dios es de ese país, "pero, con certeza, el paraíso es ecuatoriano".

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Parafraseó al escritor uruguayo Eduardo Galeano, autor de "Las venas abiertas de América Latina", para explicar que la utopía es como el horizonte, que cuanto uno más se acerca más parece alejarse, pero que "sirve, precisamente, para caminar".

El presidente ecuatoriano, que se entrevistó después de su discurso con la directora general de la Unesco, Irina Bokova, suspendió una conferencia de prensa que tenía prevista tras su intervención, por la acumulación de retraso en su agenda de hoy en París.