Entre las frutas tropicales, la mora es muy apetecida aquí y afuera del Ecuador. Pero su futuro comercial está debilitado por los problemas de su alta perecibilidad, transporte y manejo fitosanitario en el campo.

Esta planta familiar de la rosa silvestre requiere de cuidados especiales y de inversiones que oscilan entre $ 2.000 a $ 3.000 el primer año y de ahí en adelante para su mantenimiento unos $ 2.000 anuales.

En el momento de recolección, Miguel Castillo lleva la marca de todos lo moreros: manos laceradas por espinas y pintadas de tinta púrpura.

Publicidad

Del callejón interandino, Chillanes se estrena con este renglón agrícola y en una empinada hectárea Castillo produce, hace menos de dos años, tres variedades de mora: la tradicional castilla, una colombiana y la sin espinas, “un material maravilloso que no lastima, produce el triple y nos permite labores rápidas, pero muy débil para las enfermedades (botritis)”, dijo.

En este mirador de la provincia de Guaranda, a 2.200 metros sobre el nivel del mar (msnm), zona de transición entre Sierra y Costa, es común que las nubes duerman hasta mediodía o lleguen de repente traídas por los fríos vientos. Por eso las enfermedades, señala el pequeño agroempresario, trata de manejarlas con costosas aplicaciones preventivas, últimamente con menor éxito.

“Alrededor de 1.000 hectáreas de mora y una superficie similar de tomate de árbol se encuentran establecidas en este granero del país; por el maíz blanco y las enfermedades deben recibir un manejo continuo e integrado por el mismo microclima ideal para ellas”, opinó Pedro Veloz, funcionario del Ministerio de Agricultura.

Publicidad

En la búsqueda de alternativas, la empresa JW Asociados, especializada en biotecnología, trabaja en mejorar las condiciones del suelo aportándole bacterias específicas que regulan a las toxinas que surgen en toda la descomposición natural de los residuos, y contrarrestando el ataque de patógenos con la desinfección del suelo.

Investigación
Propuesta de Iniap

Publicidad

Variedad promisoria
El líder del Programa Nacional de Frutales del Iniap, Wilson Vásquez, resalta que la nueva variedad ‘Mora de jugo sin espinas Iniap Andinmora 2013’ solo es apta para zonas entre los 2.700-3.200 msnm, y que para partes más bajas, como Chillanes, pronto probarán los cinco materiales con y sin espinas seleccionados por el Instituto, para determinar en dos años cual puede recomendarse al agricultor minifundista, que con media hectárea puede asegurar un ingreso económico importante.