La noche del domingo, el carro en que viajaba Ariana Narváez, de 26 años, quien labora en el Conadis, se volcó y cayó a un barranco de 300 m. Se fracturó el fémur de la pierna izquierda y esperó por ayuda desde ese día hasta el martes, 33 horas, hasta que un obrero que limpiaba la cuneta de la vía oyó “una vocecita”, la de Ariana, que estaba a 20 metros del conductor del vehículo, Alberto Padilla, quien falleció.

“Mi amigo me pidió que le acompañe a la comunidad Santa Ana en la vía Ibarra-San Lorenzo, a dejar a su padre. Al regreso dijo que tenía sueño, eran las 23:00 cuando sentía que el carro cayó a la cuneta y empezamos a dar vueltas de campana... yo salí disparada por la ventana... Perdí el conocimiento por un instante. Sentía mucho dolor en mis piernas y empecé a gritarle... como no contestaba supuse que había muerto. En la madrugada hacía frío, pedía auxilio incansablemente... muchos escombros y basura me rodeaban. Tomé una lata del carro y con eso hice hoyos para apoyarme, me arrastré arriba unos dos o tres metros... el cielo se oscureció y yo gritaba y gritaba... amaneció y luego hacía un calor intenso.

Ariana fue llevada a Quito para que se le realice una cirugía por su fractura.

Empezamos a dar vueltas de campana... yo salí disparada por la ventana... Solamente le pedía a papito Dios que me ayude y que proteja a mi niña de siete años".Ariana Narváez sobrevivió a un accidente de tránsito.