Desde el puente 4 de Noviembre se observan las decenas de casas, de caña y de cemento, que están sobre relleno improvisado con escombros y sacos de arena en la orilla del estero Mogollón. Debido a este asentamiento en un tramo solo queda un delgado canal por donde pasa este brazo de mar.

Esta área corresponde al sector de Puerto Lisa, una de las ocho “zonas de estrangulamiento” a las que el presidente Rafael Correa se refirió en su último enlace sabatino. Durante su intervención, el primer mandatario precisó que en esas zonas tendrán que salir las familias allí asentadas.

Esto como parte del proyecto Guayaquil Ecológico, que comprende la recuperación del estero. Hasta agosto han salido 2.060 familias, según Correa. Y hasta fines de este año se reubicarán a 3.580.

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Con incertidumbre y a la espera por conocer cuándo serán reubicadas en uno de los planes habitacionales del Gobierno estaba ayer Berta Chiriguaya.

“En el 2010 vinieron a hacer el censo y desde ahí no hemos recibido ninguna noticia. Sabemos que tenemos que irnos, pero no cuándo”, dijo Chiriguaya, quien vive con su esposo.

Ella llegó hace más de 15 años a las riberas del estero, del lado de la 20 y Domingo Sabio. Su casa era de caña, pero la mejoró hace tres años. Ahora es de construcción mixta y recibe los servicios de luz y agua potable. El alcantarillado no lo tiene, por lo que realiza sus descargas domiciliarias al estero.

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En el otro extremo vive Patricia Parrales, quien mora en la casa de su madre con sus dos hijos y sus cinco hermanos.

Ellos tampoco han recibido aún la notificación de parte del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi). “No sabemos nada. Yo sí quisiera salir de aquí”, comentó.

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A pesar de que una máquina de superoxigenación funciona a dos cuadras, hay turbiedad en el agua y se perciben hedores.

En medio de esa pestilencia y ante el temor de que su casa de cemento se desplome, María Micolta Rodríguez afirmó estar a la espera de ser reubicada.

“Mi casa se mueve, tengo grietas en el piso y en las paredes. Temo que se me caiga en cualquier momento”, expresó la mujer, madre de ocho hijos.

En el enlace, Correa criticó al Municipio por la supuesta libertad con la cual se rellenaban con material de construcción las riberas. Dijo que aquellas familias fueron legalizadas.

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Por su parte, el alcalde Jaime Nebot criticó al Gobierno por supuestamente no controlar en su momento las invasiones. Remarcó que él no desaloja en sitios invadidos que ya se han consolidado.

En este año

En el plan habitacional Socio Vivienda 2 se están reubicando a los habitantes de las riberas del estero Salado. Otras zonas del suburbio han sido trasladadas en este año.

Me preocupa que mis hijos pequeños, de 7, 4 y 2 años,vivan así, con estos hedores. Yo ya estoy resignada a que tenemos que salir y sí quiero irme”. María Micolta, habita con 8 hijos

Mi casa de madera se me ha caído dos veces. Ahora la estoy arreglando y mi familia está donde un familiar. Necesitamos ser reubicados” Walter Tenorio, vive con su familia