El acuerdo reservado –anunciado por el procurador Diego García– que puso fin de forma extrajudicial a la demanda internacional impulsada en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la muerte de Franklin Aisalla contrasta con la crisis diplomática que estalló entre Ecuador y Colombia luego del operativo del 1 de marzo del 2008.

Aisalla murió en un ataque militar a un campamento de las FARC en Angostura (Sucumbíos). Allí también fallecieron el líder guerrillero Raúl Reyes y otros estudiantes mexicanos.

Seis días después de ese hecho, los presidentes Rafael Correa, de Ecuador, y Álvaro Uribe, de Colombia, coincidieron en República Dominicana, en la cita de mandatarios del Grupo de Río. El apretón de manos que se dieron entonces no terminó el conflicto, ya que Correa insistía en que se había violado la soberanía ecuatoriana.

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El libro El juego del camaleón, del periodista ecuatoriano Arturo Torres, cuenta que la Inteligencia colombiana identificó a Aisalla por la relación de pareja que tuvo con Nubia Calderón (conocida como la ‘canciller’ de las FARC en Ecuador), que encubría sus acciones con sus labores de modista.

Se supo también que Aisalla, quien era cerrajero, vivió en un departamento atrás de la vivienda de sus padres, en el barrio del Comité del Pueblo en Quito, al que Nubia solía llegar con regularidad.

La CIDH admitió a trámite el caso Aisalla en el 2010; en él se decía que Colombia ejerció control territorial sobre una parte del Ecuador y que hubo presencia de sus militares.

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Ecuador retiró la demanda el mes pasado. El vicecanciller Marco Albuja dio pocos detalles del acuerdo, pero indicó que Colombia resarció económicamente a los Aisalla.

Gustavo Larrea, quien era ministro de Seguridad Interna y Externa cuando se produjo el bombardeo, expresó que al desconocer los términos del convenio es difícil señalar si el país desistió de reclamar por la violación de su soberanía.

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“Una cosa es el acuerdo puntual sobre la familia Aisalla y otra es el tema de soberanía que sin duda fue afectada y que sigue siendo un tema que debe tratarse en el marco del derecho internacional”, opinó.

El exvicecanciller Marcelo Fernández de Córdova cree que el convenio busca construir buenas relaciones con Colombia y la búsqueda de una política exterior de mayor beneficio para las dos partes.

“Las demandas siempre son complicadas, pero este arreglo extrajudicial es una gran incógnita, las negociaciones siempre son reservadas pero el resultado debe ser público y todo tratado internacional debe ser público desde el punto de vista del derecho internacional”, dijo.

Cuatro estudiantes mexicanos murieron en el operativo militar.

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