En la parroquia Malimpia, a tres horas del cantón Quinindé, provincia de Esmeraldas, en medio de la montaña, indígenas chachis (antes llamados cayapas) y negros viven en armonía desde hace casi 60 años.

Los primeros se dedican a la pesca y al cultivo de productos de ciclo corto, como yuca, plátano y maíz, para consumo propio. Los últimos trabajan en las empresas madereras de la zona, en la explotación de ese producto y en la agricultura.

Antes de esa convivencia los chachis vivían en aislamiento dispersos en la selva del norte de Esmeraldas. Pero los más jóvenes migraron y fundaron nuevos poblados que los obligó a integrarse con otros grupos, sin dejar su cultura ancestral.

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Los chachis en la ciudad de Esmeraldas tienen su emisora en frecuencia modulada llamada Estéreo Chachi y uno de sus integrantes, Ricardo Nazareno, fue electo vicepresidente de la parroquia Malimpia.

En Malimpia, chachis y negros parecen haberse estancado en la década del 50 porque pese a que la población tiene energía eléctrica, carece de televisión, teléfono (convencional y celular), agua potable (utilizan la de los esteros y ríos), en lugar de vehículos se movilizan a caballo y a falta de puentes andan en canoa, algo que sí existe en el centro de la parroquia.

Después de hace casi 60 años, las viejas costumbres de esta etnia no se han perdido. La construcción de sus viviendas es igual que en esa época; son de dos plantas sin puertas ni ventanas porque la seguridad está garantizada por un grupo organizado para este fin; si alguien es descubierto en actos delictivos es castigado con 300 o más latigazos y luego entregado a las autoridades para que se lo someta a las leyes.

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Sus tradiciones incluyen rituales especiales para los difuntos, los matrimonios, Semana Santa y Navidad.

Además, se realizan encuentros de chamanes o curanderos que aseguran tener secretos medicinales.

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Para los integrantes de estas etnias rigen reglas internas como la prohibición de tener más de una mujer y la infidelidad es castigada con 300 latigazos de ortiga. También está prohibido casarse con personas de otras etnias, aunque según Guilbert Nazareno, presidente del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de Malimpia, se han dado casos de chachis que tienen hijos con mujeres negras. “No es muy común, pero ya ha ocurrido, ellos tratan de mantener su cultura”, expresa.

Los primeros asentamientos de chachis se registran en Quinindé desde 1955 en que llegaron vía fluvial a través del río Canandé. La primera comunidad que se formó en la parroquia Malimpia fue Agua Clara (600 chachis), luego fue la comunidad Malimpia (600), Guayacana (700), Naranjal (1.200), Las Pavas (500) y la última poblada en su mayoría por jóvenes es Ñampy (400).

 

UBICACIÓN
Población:
8.040 chachis, según un estudio de la Conaie del 2008.
Lengua: Chapalá
Territorio: 105.468,52 ha. De ellas, el 21% está ocupada por las comunidades y el 79% corresponde a bosque.

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Ellos mantienen su identidad cultural, aunque hay un poco más de libertad ya que los jóvenes chachis actuales están modernizándose en algunas cosas”.Guilbert Nazareno, presidente del GAD de Malimpia

Son muy amables y colaboradores, lo único que los diferencia es que ellos tienen sus propias costumbres que para ellos son como leyes inviolables”.Jefferson Pacho, comunicador social de Quinindé