El acuerdo firmado entre Ecuador y Colombia el jueves pasado contempla el compromiso colombiano de entregar $ 15 millones a su contraparte. El canciller Ricardo Patiño explicó ayer que con ese dinero se reparará a las comunidades afectadas por el glifosato que Colombia roció con aviones, cerca de la frontera en el 2000, para eliminar plantaciones ilegales de coca.

Para el vicecanciller Marco Albuja, quien estuvo al frente de las negociaciones, esa cifra “habría sido muy difícil, si no imposible, de alcanzar” mediante un fallo de la Corte Internacional de Justicia, tribunal que hasta el jueves ventilaba la demanda ecuatoriana, planteada en el 2008. El país desistió de la querella tras el acuerdo.

“Si nosotros vemos cuál es el uso común de la Corte, las indemnizaciones son básicas. Dan 200, 400 mil dólares, un millón de dólares... siempre han sido bajas”, dijo Albuja.

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Patiño señaló que ya se han hecho acercamientos con las comunidades para la reparación. En unos casos la entrega de recursos podrá ser individual y en otros, obras como centros de salud, según las necesidades de los pobladores.

El acuerdo establece, además, que las operaciones se podrán realizar máximo a 10 kilómetros de la frontera. Luego de un año, esa franja podrá reducirse a 5 km si una comisión científica binacional certifica que el glifosato no llegará a Ecuador. Al tercer año, la franja podrá llegar a un mínimo de 2 km.

Si la zona de exclusión se llegara a reducir a menos de 10 km, Colombia tendrá que reportar cada aspersión a Ecuador con 10 días de anticipación. Y si se detecta que el químico traspasa la frontera, la franja se ensanchará de inmediato.