El parte del oficial de inteligencia ¿fue un error?
Es una absoluta mentira. Yo soy abstemio desde hace 40 años o más. Se trató desde el principio de desacreditar mi buen nombre, de lanzar manchas sobre mi honra y no solo en ese momento de la calentura del señor presidente (Rafael Correa) cuando se bajó del carro, sino luego desde la cadena nacional, donde se permitió proferir una serie de epítetos, de acusaciones.

¿Cree que cometió un error, que no se debe protestar haciendo gestos obscenos a un Presidente?
En el momento que pasó la caravana yo no proferí ningún grito, lo que sí hice es un gesto muy elocuente, que al presidente le ha parecido un gesto obsceno. Yo lo califico como un pago simbólico a lo que él hizo contra cientos de jóvenes y pueblo en general que participamos en la marcha del martes 27 (de agosto)... Estábamos con tambores, con bailes y al frente estaban en bloque grupos policiales como el GOM, GIR, policías con perros y hasta motociclistas. Yo vi de cerca cómo a muchas personas les rajaron la cabeza, les causaron heridas con balas de goma, cuya utilización la ha negado el ministro del Interior (José Serrano).

La protesta social está casi desactivada en el país. ¿A qué cree que se debe?
La protesta social estuvo brevemente adormitada. Tal vez por los sueños de la revolución ciudadana que, poco a poco, está transformándose en una reinvolución citadina. Este gobierno está volviendo a aplicar leyes de las dictaduras militares de los años 60. Me apena que se llame revolución socialista y que le llamen socialismo del siglo XXI, porque a este paso la gente va a recordar el supuesto socialismo dirigido por Correa como un periodo represivo, policial y triste.

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¿Qué tipo de sanción busca?
Lo que vamos a hacer, como luchadores de los derechos humanos, es una denuncia pública de cómo está estructurado el manejo de la justicia, del grave estado de los derechos humanos en el país y de qué manera queda en evidencia, que es la peor de las sanciones para quien hace eso, la capacidad de él (Correa) para mentir, calumniar. No descartamos la posibilidad de iniciar acciones legales, pero depende de los informes de derechos humanos. Según la experiencia, la criminalización de la protesta viene acompañada de la complicidad del poder judicial. Es difícil a ese poder pedirle justicia, cuando se sabe que el gran gendarme del país es el presidente.

A usted se lo conoce por su ideología de izquierda y contestataria. ¿Cómo analiza la postura de quienes han sido parte de grupos de izquierda y hoy están en el poder?
En lo personal, me ha dolido muchísimo que personas inteligentes, sensibles, hayan vendido su espíritu rebelde, lo hayan alquilado en cómodas mensualidades a un régimen que, saben, no corresponde a los ideales que promulgamos toda la vida. En muchas luchas estuvimos junto a integrantes de Alfaro Vive Carajo, a militantes socialistas... Ahora, les vemos como burócratas en diversos cargos.

No iniciará acciones legales contra el presidente porque dice que no cree en la justicia. ¿Es lo que queda, resignarse?
No para nada, aunque es verdad que el poder judicial está secuestrado por el Ejecutivo. ¿Quién es el asesor jurídico de la Presidencia? Es Alexis Mera, el mismo que fue asesor jurídico de León Febres-Cordero ahora está asesorando al supuestamente socialista Rafael Correa. A este paso, pasó de Rafael a Rafachet, la noche del 27 de agosto, con ese género de represión.

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¿Cree que de algo servirán las protestas contra el plan oficial de explotar el bloque ITT?
Las protestas sirven al punto que atemorizan al presidente, al gobierno, al poder en general (...) La protesta social, poco a poco, se está multiplicando. Cuando el presidente Correa anunció la suspensión de la iniciativa ITT, él dijo que se dirigía de forma especial a los jóvenes. ¿Por qué a ellos? Porque es a los jóvenes a los que más temor tiene.

La protesta social, ¿debe ser contra la derecha, el imperio, o los abusos del poder sea de izquierda o de derecha?
Debe ser en general contra el poder, el imperialismo y necesariamente tiene que ser contra todo tipo de excesos de poder de donde sean y de cualquier signo que sean. Un gobierno que se autocalifique de izquierda si comete excesos de represión, pierde automáticamente su calidad de izquierda. Pienso que este régimen jamás fue de izquierda, tiene un marketing fuerte de izquierda y lo sigue utilizando: signos patrios, banderas, canciones, todo esto lo ha utilizado con frecuencia y se ha permitido arrebatarnos algunos de nuestros símbolos más queridos o lemas como: “Hasta la victoria siempre”. Dicho eso en manos de un cómplice de transnacionales chinas y canadienses, que son las que están empezando a destrozar varias zonas, sí que duele.