Este jueves se desarrolló el segundo día de audiencia de juzgamiento contra tres sospechosos de haber participado en la muerte de la joven modelo Karina del Pozo, ocurrido el 20 de febrero pasado en el sector de Llano Chico, al nororiente de Quito.

Hasta el mediodía se habían receptado los testimonios de 17 de los 32 testigos que fueron llamados por la fiscalía para rendir su versión. La mayoría de ellos son policías y peritos que participaron en el levantamiento del cadáver, los allanamientos a las casas de los procesados y los análisis forenses para determinar las causas de la muerte.

Luis Figueroa, médico legista que realizó la autopsia de la joven, manifestó que Karina murió por un traumatismo craneoencefálico grave que afectó huesos de la bóveda y la base del cráneo.

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El especialista dijo que esta herida debió ser realizada con un objeto contundente y que los golpes contra la chica debieron producirse en repetidas ocasiones.

La fiscalía sostiene que el golpe se realizó con una piedra que fue encontrada en la quebrada y que presenta maculaciones de sangre que luego de los análisis se determinó que era la sangre de Karina.

Figueroa manifestó además que los músculos y huesos del cuello estaban normales, es decir no presentaban golpes o fracturas.

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Para Édgar Ortiz, abogado de David P., quien es señalado por la fiscalía como el autor material del crimen, esta última conclusión demostraría que su defendido no aplicó una llave para romper el cuello de Karina del Pozo, tal como han declarado los otros dos imputados.

Se prevé que la audiencia se extienda por varios días más por la cantidad de testigos. Luego vendrá la etapa de prueba y los alegatos tanto del fiscal del caso, Vicente Reinoso, como de los tres abogados de la defensa.

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La familia de la víctima ha solicitado se aplique la máxima sanción establecida en el artículo 450 del Código Penal que señala una pena de hasta 25 años por el delito de asesinato con circunstancias agravantes.