El papa Francisco nombró a Pietro Parolin, un veterano diplomático del Vaticano, como próximo secretario de Estado en relevo del cardenal italiano Tarcisio Bertone, quien era considerado una figura cada vez más divisiva dentro de la jerarquía eclesiástica en años recientes.

El Vaticano precisó que el nuevo funcionario, un arzobispo italiano de 58 años y exviceministro de Relaciones Exteriores del Vaticano, asumirá el 15 de octubre su cargo, visto como el segundo más importante luego del papa.

Parolin tomará el cargo que ocupaba Bertone desde 2006. En el próximo mes y medio Bertone permanecerá en el cargo, con lo que Parolin —actualmente nuncio apostólico en Venezuela— tendrá tiempo para prepararse para sus nuevas funciones.

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Benedicto XVI, que se retiró como pontífice hace algunos meses, dependía en gran medida de Bertone como uno de los pocos asesores en su círculo íntimo. Bertone, arzobispo de Génova, sirvió al pontífice durante muchos años en el Vaticano.

La Santa Sede indicó que Bertone, de 78 años, se retira de acuerdo con una disposición de la iglesia que requiere que los cardenales en altos puestos de la curia ofrezcan su renuncia al llegar a los 75 años. Benedicto XVI lo había mantenido en su cargo, al parecer para disgusto de una facción rival de burócratas del Vaticano leales al predecesor de Bertone, el cardenal Angelo Sodano.

Algunos consideraron que un escándalo durante los años postreros del papado de Benedicto XVI, que involucró el robo de documentos papales y revelaciones embarazosas de supuesta corrupción y luchas por el poder en el Vaticano, tuvo por objeto desacreditar a Bertone. Algunos conjeturan que el escándalo contribuyó a concluir a Benedicto XVI que ya no tenía la firmeza mental o física como para guiar a la Iglesia. En febrero, fue el primer pontífice en renunciar en 600 años.

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La mayoría de los documentos, entregados subrepticiamente por el mayordomo papal a un periodista italiano, eran de interés únicamente para los italianos, en reflejo de siglos de dominio e intriga en el Vaticano. Los documentos versaban sobre la relación entre Italia y el Vaticano y ventilaban unos pocos escándalos locales. El principal objetivo de las revelaciones parecía ser desacreditar a Bertone, del que se habría esperado que protegiese a Benedicto XVI, un teólogo aparentemente poco capacitado para manejarse en medio de las maniobras políticas.

El papa Francisco ofrecerá una audiencia especial el 15 de octubre, dijo el Vaticano, "para agradecer públicamente al cardenal Bertone por su servicio fiel y generoso a la Santa Sede".