El presidente Evo Morales solicitó a Brasil regresar al senador opositor boliviano Roger Pinto para que sea juzgado en Bolivia, al haberse violado normas internacionales en su traslado.

Si la presidenta brasileña Dilma Rousseff "condenó" la forma en que Pinto salió del país, "entonces lo que cabe es devolver a Pinto a la justicia" para que sea juzgado en Bolivia, dijo el mandatario en rueda de prensa el miércoles.

"Si un corrupto está escapando de la justicia, yo pondría a ese corrupto en la frontera", acotó.

Publicidad

La víspera, Rousseff califico de "inaceptable" la forma en que Pinto salió de la embajada brasileña en La Paz ayudado por un funcionario diplomático brasileño y dijo que el operativo puso en riesgo la vida del político opositor.

"Es importante que el gobierno de Brasil explique, estamos esperando una respuesta oficial a nuestra nota diplomática... ésa será la base de lo que haremos en el futuro", dijo Morales.

"Respeto y admiro a Brasil, lidera la región. Siento que Brasil debe dar una buena imagen al mundo respetando convenios internacionales y luchando contra la corrupción", acotó.

Publicidad

Pinto se declaró perseguido político y Brasil le otorgó asiló en mayo del año pasado, pero no pudo dejar la embajada brasileña en La Paz porque el gobierno de Morales se negó concederle un salvoconducto por tener procesos pendientes por corrupción.

El domingo Pinto apareció en Brasil luego de salir de La Paz por tierra en un vehículo diplomático ayudado por el encargado de negocios Eduardo Saboía, quien aseguró en su país que tomó la decisión de forma personal porque la vida del político boliviano corría peligro en la sede diplomática por el largo encierro.

Publicidad

"No puedo entender que un funcionario diplomático use auto diplomático para hacer escapar (a Pinto) violando convenios internacionales. Eso molesta. La vida de Pinto se puso en peligro en ese operativo", sostuvo Morales.

"Todos los países debemos cumplir los convenios internacionales", recalcó. Según el mandatario, "algunos grupos" en Brasil y Bolivia, buscan "enfrentar a los dos gobiernos".

La salida de Pinto provocó la renuncia del canciller de Brasil Antonio Patriota y tensó las relaciones entre los dos países que comparten una frontera de poco más de 1.300 kilómetros.