El encargado de negocios de la embajada de Brasil en La Paz asumió la responsabilidad por la fuga del senador Roger Pinto de Bolivia, diciendo que actuó sin autorización de sus jefes porque el opositor estaba deprimido y amenazaba con suicidarse tras 15 meses refugiado en la sede diplomática.

La admisión de Eduardo Saboia podría ayudar a evitar una crisis diplomática con Bolivia, un aliado e importante proveedor de gas natural de Brasil.

"Decidí hablar con la prensa y decir que yo tomé la decisión de conducir esa operación porque había un riesgo inminente a la vida y dignidad de una persona", dijo el diplomático en una entrevista transmitida en la noche del domingo por la televisión Rede Globo.

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La fuga a bordo de un auto de la embajada brasileña explica cómo hizo Pinto para recorrer unos 1.500 kilómetros por tierra y cruzar la frontera sin que las autoridades bolivianas se dieran cuenta.

El abogado de Pinto, Fernando Tiburcio, dijo a Reuters que su cliente salió el viernes de la embajada brasileña en La Paz en un automóvil diplomático y escoltado por infantes de marina brasileños.

Las autoridades bolivianas trabajan con esa hipótesis. "Un vehículo diplomático no puede ser objeto de revisión en ninguna tranca, en ningún peaje", dijo el ministro de Gobierno, Carlos Romero, al canal privado de televisión Unitel.

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La huída de Pinto, un crítico del presidente Evo Morales acusado de corrupción en su país, tensó la relación entre los aliados sudamericanos. Bolivia pidió explicaciones a Brasil y esperará una respuesta antes de tomar medidas judiciales.

Y la decisión de Saboia sorprendió aparentemente a sus jefes en Brasilia, que prometieron investigar el incidente y tomar medidas administrativas y disciplinarias.

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Portavoces del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil no estuvieron inmediatamente disponibles para comentar sobre la actuación de Saboia.

Fuga a media tarde

Brasil concedió asilo político a Pinto a mediados del 2012, pero las autoridades bolivianas jamás le dieron el salvoconducto que necesitaba para salir del país.

"Había una violación constante, crónica de derechos humanos, porque no había perspectiva de salida, no había una verdadera negociación en curso y él obviamente tenía un problema de depresión que se estaba agravando", dijo Saboia a la Rede Globo.

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"El empezó a hablar de suicidio y decía constantemente que quería que lo sacáramos de allá", añadió.

El encargado de negocios dijo que actuó sin el permiso del Ministerio de Relaciones Exteriores. "No preciso autorizaciones específicas en situaciones de urgencia. Eso fue lo que sucedió".

Tiburcio, el abogado brasileño de Pinto, dijo que el senador boliviano abandonó la embajada en La Paz a las 1500 hora local del viernes en un convoy de dos vehículos diplomáticos. Cada auto llevaba un chofer y un infante de marina.

"En el trayecto fueron parados cinco veces por la policía, pero Eduardo (Saboia) fue firme e impidió que registraran el auto", dijo a Reuters.
Saboia dijo que había reportado dos veces al Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el deterioro de la situación y la necesidad de actuar. Según Tiburcio, la última advertencia fue el día antes de la fuga cuando comunicó a sus jefes en Brasilia "sobre la inminencia de hacer algo".

El diplomático brasileño dijo que decidió hacer pública su historia después que el Ministerio de Relaciones Exteriores lo mencionó con nombre y apellido en un comunicado donde prometió investigar el incidente.

Nuevos detalles de la fuga podrían emerger el martes cuando Pinto prevé ofrecer una conferencia de prensa en la comisión de asuntos exteriores del Senado brasileño.