El sábado próximo el camal municipal de Balzar cumplirá cuatro meses de clausura, tiempo en que la carne que consume el cantón es faenada en Palestina, pues los comerciantes llevan las reses al camal del cantón vecino, distante a 25 km.

La Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de Calidad del Agro (Agrocalidad) impuso la sanción el 24 de abril, de acuerdo con Wilson Wong, director técnico del organismo en Guayas. Indica que ordenó el cierre porque hallaron una infraestructura inapropiada e incumplimiento de la norma. Señala que la clausura se mantendrá hasta que se apliquen ajustes.

El principal es el faenamiento elevado de las reses. Para ello, el camal debe contar con rieles empotrados en la parte superior, con sus respectivas poleas. Y los mismos trabajos se ejecutan en las infraestructuras municipales de Jujan y Salitre, que también fueron cerrados por Agrocalidad el 18 de julio y 5 de agosto, en su orden.

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Salitre dispone de tres camales: uno en la cabecera cantonal y los otros en las parroquias Vernaza y Junquillal. Todos se cerraron en la misma fecha.

Wong indica que, de acuerdo con la norma, en el momento del faenado debe estar presente un veterinario para inspeccionar las reses y, de ser el caso, prohibir su sacrificio con fines de consumo humano si detecta que alguna está enferma.

Refirió que constataron ese incumplimiento. “Puede haber una con fiebre aftosa y afectar a la población”, advierte y sustenta la disposición en la Ley de Mataderos. En ese sentido agrega que una res debería llegar al matadero mínimo 8 horas antes para no sacrificarla en el inminente estado de estrés que le provoca el traslado en camiones desde las haciendas, entre otras circunstancias.

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Agrega que lo del faenado aéreo busca evitar la contaminación de la carne con heces, sangre u otros agentes.

El camal de Balzar ya cuenta con rieles superiores y aunque restan obras menores, el Cabildo espera que Agrocalidad autorice la reapertura, señala Hólger Alcívar, director municipal de Desarrollo Urbano.

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En ese cantón se faena un máximo de 15 reses en días ordinarios y 30 el fin de semana, según el funcionario.

Ello da un estimado de alrededor de 400 reses al mes.

Salitre mata unas 200 en el mismo periodo, según Álex Palma, comisario municipal. Jujan, algo más de 20, según su alcalde Jorge Herrera.

En Salitre avanza el empotrado de rieles; en Jujan, esta labor no comienza porque los trabajos empezaron con el relleno externo del camal, luego se colocará una capa de cemento, indica el alcalde Herrera, quien admite que la infraestructura se inundaba con las lluvias.

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Como ocurre en Balzar, ambos cantones también llevan su ganado a camales vecinos, pero en Salitre, vendedores de carne admitieron que faenan reses en las casas, “como era antes”.

En la cabecera cantonal es común la venta del producto en tercenas situadas en veredas. Germán Tutivén, un comprador, dice que este no ha encarecido. La libra de carne con hueso cuesta entre $ 1,50 y $ 1,75; la pura, $ 2. En Balzar y Jujan, consumidores no reportan novedad respecto a los precios.

 

La ley dice
Art. 8 (Ley de Mataderos)

El examen ante y post mórtem de los animales, la inspección de carnes y lugares de expendio, el transporte de animales a los mataderos, el transporte de carnes dentro del país, sean refrigeradas o no, se harán de acuerdo con la Ley de Sanidad y su Reglamento (...)