Camote frito, enrollado de papa con brócoli, coliflor, queso y una ensalada conforman el menú de la familia Rambay Salavarría en el día del ekadasi, ayuno que se realiza cada mes dentro del hinduismo y que deja de lado los granos en su dieta vegetariana.

Simha Rambay tiene 39 años y jamás ha probado la carne. Su cultura basada en la no violencia ha marcado su estilo de vida y el de su esposa, Pitu Salavarría, quien decidió hacerse lactovegetariana al cumplir la mayoría de edad. “Siempre me llamó la atención, pero a los 18 años comencé a conocer corrientes hinduistas”. Así aprendió sobre cocina hindú y actualmente sus hijas, Sati, de 8 años, y Aditi, de 8 meses, tampoco comen carnes ni huevo. “Con ellas rompimos algunos mitos. La gente cree que en el embarazo hay que comer carne, y no es así”, explica Simha. En el primer embarazo, a Pitu le pidieron que tomara suplementos nutricionales para evitar que perdiera peso. “Hice caso, pero en el segundo no, y no pasó nada”.

Hay pediatras que les han insistido en que las niñas coman carne, por eso ahora consultan a un homeópata, quien ha determinado que sus hijas están sanas.

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Sati es una niña activa y amante de los vegetales, especialmente el brócoli. Para ella no es difícil vivir sin carne, pues nunca la ha probado y está acostumbrada a una alimentación saludable. “No me gusta que maten a los animales para conseguir esos productos”, dice.

Pitu es directora del jardín Manito Amiga, en Urdesa, y Simha tiene la escuela de yoga Narasimha. En sus trabajos han influido para que varias personas cambien sus hábitos alimentarios y en el jardín ofrecen una opción vegetariana.

Consideran que hay mucho desconocimiento y por eso se cree que el vegetariano solo come ensaladas. “El arroz con menestra existe, también el moro y las papas fritas”, dice Pitu. Prefieren ir a restaurantes donde ya los conocen, como El Patacón, donde piden bolón sin chicharrón, por ejemplo, pero tratan de ir solo a lugares vegetarianos.

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En casa es Pitu quien cocina. “No es difícil seguir una dieta vegetariana, especialmente en Ecuador donde hay variedad de vegetales y frutas”, dice. “A mí me tocó aprender a hacer el gluten porque ni siquiera se vendía”, agrega Simha.

Entre los beneficios de esta dieta, Simba destaca la longevidad. Él tiene casi 40 años, pero podría pasar por alguien de 30. “Le das más líquido al cuerpo con los vegetales, te arrugas menos y previenes enfermedades. Digerimos mucho más rápido porque para las verduras solo necesitas líquido, o sea, saliva, pero para la carne necesitas ácidos y el intestino es trece veces más grande que nuestro cuerpo. No está hecho para digerir carnes como la de algunos animales”, explica.

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Veces al mes hacen Ekadasi, un ayuno que deja fuera los granos.