AGENCIAS BUENOS AIRES
Miles de manifestantes se movilizaron anoche en el centro de Buenos Aires contra el gobierno de Cristina Fernández, a tres días de las elecciones primarias de las legislativas de octubre.

La marcha llamada “el 8 del 8 a las 8” y convocada a través de redes sociales, arrancó en el elegante barrio Norte de la capital y confluyó en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, en un trayecto de tres kilómetros.

El cacerolazo se realizó pese a que todos los partidos políticos suspendieron sus cierres de campaña de las primarias que se celebrarán el domingo, luego de que el gobierno declaró duelo nacional por dos días por el trágico derrumbe de un edificio en Rosario, que deja al menos 13 muertos y 11 desaparecidos.

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La presidenta Cristina Fernández acudió, el pasado miércoles, al lugar de la explosión y posterior derrumbe y fue recibida entre aplausos y abucheos. Luego visitó a los heridos en un centro hospitalario. Su visita a Rosario fue interpretada por sus críticos como un acto con fines políticos.

“Stop corrupción”, decía uno de los carteles que portaron los vecinos de clase media, algunos de ellos con banderas argentinas y golpeando cacerolas. Otro señalaba: “Hurtópolis, el país de los K” (por Kirchner).

La protesta, menor en concurrencia que las de septiembre y noviembre del 2012 y de abril de este año, se produjo a cuatro días de las primarias simultáneas y obligatorias del próximo domingo que definirán los candidatos para las elecciones legislativas de octubre, en las que el oficialismo pondrá en juego el control del Congreso.

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En tanto, los rescatistas continuaban ayer buscando a los desaparecidos de la explosión causada por un escape de gas en los medidores de este fluido en un edificio del centro de Rosario. El estallido causó el derrumbe de la torre del medio y graves daños en los bloques anterior y posterior, dañando 63 departamentos. Once personas siguen hospitalizadas, una de ellas en estado grave.

El juez Juan Curto investiga la supuesta responsabilidad de dos técnicos de gas en la explosión y que fueron detenidos.

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Curto dijo que Carlos García, uno de los dos gasistas sospechosos de haber cometido alguna impericia cuando revisaban una válvula reguladora de gas en el edificio dañado, “habría salido corriendo” cuando iba a ocurrir el estallido. El otro técnico –cuya identidad no trascendió– intentó “evitar que pasaran vehículos y personas”.

...No estamos en campaña, la marcha no es una fiesta y por qué sí es una actitud ciudadana de reclamo. Lo que pasó en Rosario nos puso en duda... desde Rosario nos pidieron que no se levante”.Leonardo Bugallo, uno de los organizadores