Desde la sala de su casa y con la puerta abierta, Graciela de Valdivieso cuenta el tiempo que falta para que el nuevo mercado Santa Teresita, del suburbio oeste, reemplace a los rústicos mesones de madera en los que exponen sus productos los comerciantes.

De sus 74 años, cincuenta los ha vivido contemplando el desagradable paisaje. Pero lo que menos soporta son los malos olores que se desprenden del mercado, justamente, a la hora del almuerzo. “A las doce del día, los olores son más fuertes. Las aguas del mercado las botaban en zanjas y eso apestaba, los ratones llegan hasta la casa; pero pronto esto se va a acabar”, cuenta doña Graciela mientras observa con esperanza cómo 45 obreros levantan los pilares de la nueva plaza.

En 2.142 metros cuadrados, calles 30 y Maracaibo, en el suburbio oeste y con una inversión de $ 870 mil, se reconstruye el mercado municipal Santa Teresita, que cambiará el rostro del sector y dará bienestar a los vecinos, pero que preocupa a más de un centenar de comerciantes que no tienen asegurado uno de los 160 puestos creados, pese a que, señalan, han sido censados por el Cabildo.

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Aída Jordán, de 65 años, se cuenta entre los vendedores con puesto fijo. “Aquí estamos los formales, si Dios permite los que tenemos acceso al mercado nuevo”, dice detrás de un mostrador de madera en el que ha colocado las verduras para que las manipulen los clientes.

Aunque le parece indigno, así ha trabajado desde hace 38 años hasta marzo pasado en que ella y más de un centenar de vendedores se asentaron en la vía pública, con la venia municipal, de manera temporal mientras se construye la nueva plaza.

Aída se alegra tanto como David López, un comerciante de pescado: “En unos meses estaremos en mejores condiciones”. En cambio, Luz Contreras, de 64 años, y Jéssica Parrales, de 32, vendedoras de variados artículos, dicen estar en la incertidumbre, porque no constan en los listados municipales de los “formales”.

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“Queremos que nos ayuden con un puesto, somos padres y madres de familia, tenemos necesidad”, dice Parrales y Contreras recalca: “Si nos sacan de aquí, ¿adónde vamos?”.

Al menos unos 40 vendedores integran la Asociación de Comerciantes Informales Minoristas Maracaibo, según informó su dirigente Lupercio Rodríguez. “Muchos tienen 30 años trabajando aquí, han sido censados con fotos, datos y tenemos las solicitudes adentro (en el Municipio), pero no estamos siendo tomados en cuenta”, dice con impotencia.

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En una entrevista con este Diario, Gustavo Zúñiga, director municipal de mercados, aseguró que solo se dará “solución” a los 160 comerciantes que ya venían trabajando allí.

No obstante, el inspector municipal del mercado, Darwin Villao, mostró una lista de 147 vendedores catastrados, cifra que deja dudas en unos comerciantes. “¿De dónde salen esas dos cifras?, ¿por qué ya no hay puestos para los informales”, dijo un expendedor, quien pidió la reserva de su nombre.

El mercado demolido, según los planos que dispone la contratista, tenía 94 puestos municipales, a los que se sumaban edificaciones construidas por comerciantes hace décadas.

El nuevo mercado se ejecuta desde el 4 de marzo y, según el plazo de 150 días fijado en el contrato, la obra debe concluir este mes. Pero Zúñiga señaló que estará lista en octubre.

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Centro de abastos: Suburbio Oeste
Etapa avanzada

El nuevo mercado está compuesto por cuatro bloques, cada uno de 40 puestos. Hasta el momento, tres bloques están en su etapa final.

Cuarto bloque
Los trabajos de construcción del cuarto bloque de puestos, la gruta de Santa Teresita y varias obras de vialidad aledañas aún no han comenzado, se constató el miércoles.

La construcción ha sido rediseñada, pero ahí funcionaban 160 comerciantes que es lo que estamos dando solución, ese es el total de puestos que se habilitan”.Gustavo Zúñiga, director municipal.