Lo positivo de las protestas del movimiento estudiantil en Chile es que se ubicó el tema de la educación como una prioridad y el gran desafío que tienen los gobiernos y el actual en particular es atender estas demandas sin caer en presiones. Así lo señala Ana María Raad, gerenta del Centro de Innovación en Educación de Fundación Chile en ese país, dedicado a mejorar la calidad de la educación chilena con soluciones innovadoras, ideas que transmitió el pasado viernes a los docentes de la Universidad Casa Grande, donde es miembro de la junta consultiva.

¿Cuál es la realidad del sistema educativo en Chile?

Lo que sucede en Chile es un tema de inequidad y de resultados muy variados dependiendo del tipo de escuela a la que se asista. Hoy en día el estado financia las escuelas públicas y son las que peores resultados tienen, no así las escuelas privadas.

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¿Cuáles son esos resultados deficientes en la educación pública chilena?

Cuatro de cada 5 niños de la escuela pública de un segundo grado no entienden lo que leen y eso es grave, pero se debe a muchos factores... (pero) Chile ha madurado en educación sistémica, entiende que la educación no se resuelve ni con más subvención ni con más plata ni con más leyes sino que entiende que la mejora del nivel educativo es integral, invierte en profesores, en directores... Por ejemplo, $ 13 mil millones llegan como presupuesto del estado a las escuelas en general, de los cuales $ 650 millones son para ese colegio o esa escuela que recibe a niños vulnerables para poder invertir en una mejora y eso es único en Latinoamérica.

¿Pero se desarrollan esos programas?

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Ahí entra esta complejidad en el sistema escolar, por ejemplo, a la par se desarrollan capacidades de los directivos, mejoramiento de la carrera docente y se trabaja en distintas líneas. Hoy en día diría que uno de los grandes pendientes es una ley para mejorar la calidad docente.

Pero en las protestas se ve el masivo descontento...

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El movimiento estudiantil ha sido emblemático porque le puso cara y voz a un problema, en este caso, a la educación. El problema está en que cuando se habla de educación gratuita, pública y de calidad en realidad no hay una propuesta tan clara de qué es lo que ellos quieren y tiende a politizarse y puede ser peligroso.

Un dólar invertido en un niño a temprana edad tiene mayor rédito en su vida que si lo inviertes en una persona al final del colegio”.Ana María Raad, Fundación Chile