El golpe de Estado y la violencia han provocado que países del hemisferio occidental desaconsejen a sus nacionales visitar Egipto provocando un notable descenso en el turismo.

Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Suiza y España han pedido a sus ciudadanos elegir otros destinos turísticos debido a la crisis política y la ola de violencia que vive el país generando un notable declive en la industria de turismo en el país árabe.

Para los rusos Egipto continúa siendo el segundo destino turístico después de Turquía. Por su parte, los alemanes siguen considerando este país como una opción pues consideran que las estadías en balnearios o los viajes en cruceros no representan ningún peligro, mientras se eviten las zonas donde se llevan a cabo manifestaciones masivas. Estas tendencias empiezan a afectar las esperanzas de las autoridades de recuperar este año el récord de 14 millones de visitantes en 2010, antes de la revolución que conllevó entonces el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.

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Sin embargo, ese mismo año la primavera árabe también trajo consecuencias al 10% de la población que vive directa o indirectamente de esta actividad económica.

En 2011 continuó su desplome con la caída del presidente Mubarak y la revuelta que siguió y en 2012 el turismo empezó a reactivarse gracias a grandes contingentes de turistas rusos, alemanes y británicos.

Según las cifras oficiales egipcias, el 2013 había comenzado repuntando con 4,9 de turistas recibidos entre enero y mayo y el ministerio de Turismo afirmaba que las tasas de reservaciones en hoteles del mar Rojo superaban el 80% para el verano mientras que en El Cairo la cifra rondaba el 45%.

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Sin embargo, la actual crisis política y los titulares sobre motines profundizan el declive del turismo.

Aunque El Cairo ha sido la ciudad más afectada pues su ocupación hotelera a caído por debajo del 15%, las ciudades más cercanas a las protestas también sienten los embates de la crisis política.

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Por ahora Luxor y los alrededores de las pirámides de Egipto parecen ciudades fantasma. Allí los más portentosos y emblemáticos monumentos de la civilización egipcia esperan por la reactivación del turismo en medio de esta nueva crisis.