No creen en la divinidad de un ser. Se inspiran y ven en la naturaleza el origen del ser humano y todo lo que lo rodea y toman como base el humanismo y la ciencia.

Ellos, los ateos, contradicen esa visión mayoritaria que está marcada por la creencia en un Ser Superior, aquella que ha ido mutando desde la antigüedad. Lea más en el espacio de Latidos de Guayaquil.