Floribeth Mora, una mujer de Costa Rica sufría un aneurisma cerebral que fue inexplicablemente curado el 1 de mayo del 2011 — el día de la beatificación de Juan Pablo, cuando 1,5 millones de personas llenaron la Plaza de San Pedro para honrar al pontífice polaco.

El vocero del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, confirmó que el milagro que colocó a Juan Pablo II a las puertas de la santidad está relacionado con esta mujer de Costa Rica.

En una serie de reportajes del mes pasado, el diario español La Razón indicó que Mora se despertó con un debilitante dolor de cabeza el 8 de abril y fue al hospital, donde empeoró su estado. "Tras varios exámenes me dijeron que tenía un pequeño derrame de sangre en mi cerebro, luego me hicieron un TAC y descubrieron que se trataba de un aneurisma cerebral en el lado derecho", cuenta esta madre de cuatro hijos, abuela de cuatro nietos y esposa de un exoficial de la Policía nacional costarricense.

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De inmediato la trasladaron a otro centro, mientras los facultativos se mostraban sorprendidos por su aguante. Tras varios intentos por cerrar el goteo de sangre que sufría en su cerebro, el equipo médico que la atendió tuvo que desistir al encontrarse la dilatación en un lugar de difícil acceso. Al no poder hacer nada, fue enviada a su casa solamente con un mes de vida.

Su familia rezó a Juan Pablo II y el aneurisma desapareció.

Según publicó el diario La Nación de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas Román, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó que no encontró explicación científica a la desaparición repentina del aneurisma que padecía cuando analizaron exámenes posteriores a aquel 1 de mayo de 2011. Además, Vargas reveló que funcionarios de la Santa Sede le consultaron sobre los detalles del caso durante la fase diocesana del proceso de canonización, la primera antes de que los informes sean remitidos a Roma y examinados por las diferentes comisiones de la Congregación para la Causa de los Santos. "Médicamente, en teoría, nunca les va a desaparecer un aneurisma a las personas porque es una dilatación. Científicamente yo no le tengo ninguna explicación del por qué desapareció", comenta el doctor, que vivió en primera persona lo ocurrido en el hospital Calderón Guardia.

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El primer milagro

Juan Pablo II ya había sido reconocido por su intercesión al pedir a Dios que cure a la enfermera francesa Marie Simon-Pierre Normand de la enfermedad de Parkinson, lo que ayudó a su beatificación en el 2011, cuando fue declarado "bendito" de la Iglesia.

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Los dos milagros confirmados son requeridos usualmente para la declaración de santidad bajo las normas del Vaticano.

En el caso de Juan XXIII, conocido como "el Papa bueno", Francisco dejó de lado las normas consuetudinarias que exigen un segundo milagro tras la beatificación, dijo el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. Juan XXIII (fallecido hace 50 años) fue beatificado en el 2000.