Informes: Cambio de matriz productiva

Durante seis años, el Gobierno de la llamada revolución ciudadana optó por seguir el modelo económico que el país ha mantenido casi desde sus inicios: la exportación de materias primas, la importación de productos terminados y el extractivismo petrolero, cuyos ingresos y su oscilante precio en el mercado mundial han condicionado los picos de crecimiento de la economía.

El crecimiento en estos años se ha derivado del aumento sostenido de la curva del precio del petróleo. Eso y ciertas modificaciones en materia tributaria permitieron abultados ingresos para financiar el gasto público.

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Según un informe de Análisis Semanal, de la consultora del analista Walter Spurrier, en el 2005, con Alfredo Palacio en el gobierno, el peso del Estado en el dinamismo económico era del 22%. En el 2007, con la llegada de Rafael Correa al poder subió al 26% y en el 2011, al 48%, es decir, casi la mitad de la inversión venía del Estado.

Fausto Ortiz, exministro de Finanzas del Gobierno, coincide con esas cifras. Refiere que en el 2007 de la inversión total del país, la pública representaba casi el 30% y la privada, el 70%. Pero el año pasado, la pública la superó. De cada $ 100 que se invirtieron en la economía, $ 55 provinieron del sector público y $ 45 del privado. “De alguna manera el sector privado ha perdido participación”, dice Ortiz.

Ese porcentaje de inversión fue posible por los ingresos petroleros, $ 11.527 millones en el 2012, según el Banco Central del Ecuador (BCE); los préstamos a China ($ 7.800 millones aprobados desde el 2010) y el consecuente crecimiento de la economía, a tasas de entre 6% y 7%.

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Pero tocó su techo, coinciden los analistas, y en eso tienen que ver la leve disminución de los precios del petróleo, la caída de la producción (de 195,5 millones de barriles en el 2006 a 184 millones de barriles en el 2012) y las perspectivas poco halagadoras para el 2013. “No habrá un colapso, pero sí una desaceleración”, refirió Spurrier el miércoles en su seminario sobre escenarios económicos 2013-2014.

Este año, la economía crecerá entre el 3,5%, de acuerdo con la proyección de Cepal, y el 4%, según estiman el BCE y el Banco Mundial. “Solo podría crecer más la economía si el Gobierno tiene éxito en captar inversión privada”, señala Spurrier.

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A esto se suma un déficit esperado de entre $ 3.000 millones y $ 3.500 millones.

De ahí la necesidad de cambio en el esquema económico, en la matriz productiva, como ha anunciado el Gobierno, seis años después, cuando se inicia el tercer periodo de Correa. ¿Por qué no se hizo antes? Jaime Carrera, director del Observatorio de Política Fiscal, es crítico: “Porque gastar el petróleo en abundancia, como sucedió, no dejó ver otras necesidades”.

Carrera cree que el modelo no es sostenible por diferentes variables: el gasto público dependiente del petróleo, la inversión extranjera casi inexistente e inversión privada insuficiente.

La balanza comercial es otra de las debilidades actuales. En el 2006, esta aportaba $ 1.600 millones a la economía, refiere Ortiz, pero en el 2012 pasó a estar $ 2.300 millones en contra.

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Alberto Acosta, analista económico y excoideario del régimen, dice que las reformas no se dieron antes ‘simplemente’ porque el Gobierno no quiere introducir cambios estructurales.

“Ya está seis años en funciones y el Gobierno no ha hecho nada al respecto. El accionar modernizador del capitalismo, impulsado por el régimen de Rafael Correa, ha profundizado las tendencias reprimarizadoras de la economía, la concentración de las exportaciones en pocos productos, bajo nivel de valor agregado en las exportaciones, una constante y muy baja participación de la industria...”, indica.

Actualmente, cinco industrias tienen un peso importante en la economía: agricultura (8%), petróleo (11,4%), manufacturas (12%), construcción (11%) y comercio (10%). Pero no están contribuyendo como antes.

Por ejemplo, el sector agrícola tuvo un crecimiento del 3,4% en el 2006; del 4,3% en el 2007 y del 4,6% en el 2011, pero el año pasado fue casi nulo: creció 0,1%.

En la zona agrícola del país la matriz productiva es un concepto desconocido. Allí cuentan las necesidades básicas para sacar su producción, como la falta de riego, el costo de los insumos y las semillas y el irrespeto al precio oficial de los granos.

Los agricultores de Los Ríos, Guayas, El Oro, Manabí, Loja y Chimborazo reconocen como beneficio la entrega de urea del Gobierno a un precio subsidiado ($ 10 el saco). Pero aseguran que no reciben la suficiente ni dentro del tiempo requerido, por lo que deben adquirirla a costo comercial, entre $ 30 y $ 38.

Miguel Nicola Segura, un agricultor de 62 años del sector de Puebloviejo (Los Ríos), utiliza 80 sacos de urea para cultivar tres hectáreas, que alquila a $ 900, pero solo logró adquirir en invierno 23 sacos a $ 10.

Otro problema es la falta de infraestructura para aprovechar el agua que se acumula en el invierno. Eso los condena a cultivos de ciclo corto. En Babahoyo, Los Ríos, los agricultores siembran arroz en invierno y ahora preparan el terreno para la soya, que requiere menos agua.

En la industria farmacéutica, en cambio, aseguran contar con la infraestructura para producir más y sustituir importaciones, pero no ha habido una decisión política. “No hay incentivo para la producción local. Es lo que hemos reclamado”, dice Renato Carló, presidente de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Ecuatorianos (ALFE).

Luis Monteverde, asesor técnico de ALFE, refiere que los laboratorios invirtieron en ampliar su capacidad instalada y que el 60% de esta está ociosa. En el 2010 le presentaron al Gobierno un listado con la cantidad de moléculas que había en el mercado para elaborar fármacos. Actualmente hay 1.860, de cada una de las cuales se pueden sacar tabletas, ampollas, jarabes. Pidieron hacer un ensayo con ocho moléculas para que, por ejemplo, los nacionales produjeran todas las tabletas de un producto y así captar más mercado. No tuvieron respuesta.

En los sectores pesquero, textil, florícola y de la construcción hay incertidumbre porque tienen claro en qué consistirá el cambio de matriz. El pasado 23 de mayo, el ministro coordinador de la Producción, Richard Espinosa, convocó a los empresarios para difundir el plan.

Henry Kronfle Kozhaya, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, y Roberto Aspiazu, director del Comité Ecuatoriano Empresarial, asistieron a la cita y hablan de la necesidad de que los actores públicos conozcan de manera directa las realidades de cada sector.

“El desafío de propiciar encadenamientos productivos que fomenten el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, en un escenario de mayor productividad y competitividad, debe ser parte fundamental de un enfoque de desarrollo industrial”, asegura Kronfle.

Aspiazu opina que debe dejarse de lado el modelo de desarrollo endógeno porque no se podrá crecer sin escenarios ampliados. De ahí que esperan la creación del Ministerio de Comercio y que se concrete un acuerdo con Europa en el segundo semestre del 2014.

Acosta cree que ese no es el camino. “Si se firman tratados tipo libre comercio (no cuenta el nombre, sino su contenido), se consagrará nuestra condición de economía primario exportadora. Y la transformación de la actual matriz productiva, que tiene entre otros lastres la dolarización, será imposible”, dice.

Lo primero, coinciden Carrera, Spurrier y Ortiz, es dar seguridad para la inversión privada o extranjera y poner reglas claras en incentivos y tributos.