Santiago Morales, miembro de la Junta Cantonal de Protección de los Derechos de la Niñez y Adolescencia, expresó que el número de casos por maltratos físicos y sicológicos entre estudiantes ha aumentado de manera crítica durante este año en colegios y escuelas de Ambato.

Señaló que en el 2013 al menos quince alumnos fueron sancionados por estas acciones. Manifestó que es necesario que en los establecimientos educativos se aplique el debido proceso al sancionar. En este se debe oír a la defensa y conocer pruebas que justifiquen un hecho. Indicó que la Junta conoce los casos cuando ya los alumnos han sido suspendidos quince, siete u ocho días.

La violencia entre estudiantes incluye el acoso u hostigamiento, conocido, por su término en inglés, como bullying.

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Morales reconoció que si bien es cierto siempre ha habido maltrato entre estudiantes dentro y fuera de los planteles, en el primer trimestre del 2013 el número de casos se duplicó y mencionó que Ambato es una de las ciudades más conflictivas del país en los ámbitos familiar e intrafamiliar, según estadísticas sobre violencia de género con proyección al 2012 del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC).

“Está en primer lugar a nivel poblacional en tasa de adolescentes embarazadas y como segunda ciudad en violencia de género”, expresó.

Rosa Zurita, directora distrital de Educación de Tungurahua, aseguró que no conoce que se hayan sancionado a quince estudiantes por violencia en los planteles educativos.

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Respecto a la agresión a un alumno del Instituto Tecnológico Superior Bolívar por otro compañero, el 5 de abril, al agresor se lo suspendió quince días, aunque dijo que estuvo con actividades dirigidas y controladas por los maestros.

Serafín Barreno, rector del colegio Ambato, lamentó la violencia que se genera entre estudiantes al recordar que a finales de abril un alumno del plantel fue agredido por uno de otro establecimiento, y que tras recuperarse de las lesiones asiste normalmente a clases. Señaló que los informes del acontecimiento se presentaron a las autoridades respectivas. “Ellas deberán aplicar las sanciones correspondientes a los que cometieron estas acciones”, dijo.

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Afirmó que el plantel inculca la práctica de valores, tarea que requiere del aporte de los padres de familia. Agregó que en el colegio no han existido casos de violencia entre alumnos ni sanciones a los estudiantes. “Si se detecta alguna diferencia entre alumnos hay la atención inmediata de los maestros con el fin de tomar los correctivos.

La gobernadora de Tungurahua, Lira Villalva, reconoció que sí se han dado continuos casos de violencia entre estudiantes y que esta conducta, además de ser responsabilidad del Estado, también lo es del núcleo familiar. Para contrarrestarlos es necesario considerar la situación intrafamiliar y los casos de violencia dentro del hogar, que en unos casos tiene su origen en el alto consumo de alcohol. “Es una guerra con la que debemos batallar los tungurahuenses”.

Villalva manifestó que solicitó a las direcciones distritales de Educación que realicen acciones para determinar cuáles son los antecedentes que han generado casos de violencia entre estudiantes.