Tres veces a la semana y desde hace tres meses, Sara lleva a su hija Danna, de 10 meses, al centro de Niños de Alto Riesgo (NAR) del hospital Abel Gilbert, conocido como Guayaquil y ubicado en el suburbio.

Ahí, la menor, que padece de síndrome de Down, recibe las terapias físicas, ocupacional y de lenguaje que necesita y que le ha ayudado a evolucionar favorablemente.

Así lo comenta Sara, quien reside en la zona y dejó de trabajar para dedicarse al cuidado de su hija. Ella recuerda: “He visto un cambio trascendental, antes no hablaba y ahora ya dice mamá, papá y balbucea”. “Ella no se sentaba ni podía mantenerse recta ni tenía fuerza; parecía como un fideo, pero ahora ya lo puede hacer. Estoy contenta de ver cómo ha avanzado en este proceso”, refiere.

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Así como a Danna, en este centro se atiende diariamente de 30 a 35 niños que padecen de trastornos permanentes –como síndromes, parálisis cerebral, entre otros males– y transitorios (niños que tienen retraso en su desarrollo), explica Gracia Valencia, líder del NAR.

A pesar de que este centro abrió la atención a niños hace dos años en un espacio independiente al edificio del hospital, esta área fue remodelada hace algunos meses. La sala de Terapia Física cuenta con colchonetas en todo el piso e implementos de juego y que son utilizadas para la estimulación de los menores.

Mientras le realizaban ejercicios de relajamiento de músculos con el estiramiento de las piernas, Adonis, de once meses, sonreía y balbuceaba.

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“Los médicos dicen que le faltó oxígeno en el cerebro al nacer y por eso cuando dormía le daban convulsiones; además, su desarrollo no era normal. Por eso fui a un centro de salud y me derivaron acá. Ya tiene cinco meses que lo tratan aquí y en ese tiempo ha mejorado mucho, lleva 25 días que no convulsiona, gatea y ya da pasos solo”, expresa la madre de familia, quien asegura que se siente feliz por el logro de su bebé.

Este centro cuenta con 20 profesionales de la salud, diez son terapistas y los restantes diez son especialistas como pediatra, traumatólogo, neurólogo, genetista, oftalmólogo, entre otros, quienes examinan en Consulta Externa del hospital, pero que dedican varias horas para atender a los menores del centro.

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A las madres adolescentes que tienen niños con capacidades especiales se les da asesoría psicológica y ginecológica.

El horario de atención del centro es de 08:00 a 17:30 y no se necesita tener una cita previa, pero se requiere la derivación del pediatra de cualquier subcentro de salud para ir directamente al NAR, donde se lo programa para las terapias después de quince días.

Testimonio

Usuaria del servicio

Belén, de 19 años

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“Mi hijo tiene 2 años y padece de parálisis cerebral. En un subcentro de Bastión lo atendía, pero ahí decían que estaba bien y en el tamizaje decía que era sano. No sabía que aquí tenían ese servicio; un día vino mi mamá porque se quebró el brazo y me enteré que existía esa área y lo traje. Ya tiene un año aquí y su evolución ha sido rápida. Él tenía recogida la mano izquierda, no la estiraba, no hablaba ni gateaba; ahora, ya toma objetos con su mano, se sienta, gatea y da pasos. Me siento bendecida por su progreso, yo también le hago las terapias en casa”.

La madre es la principal terapista; nosotros, los guías. Con el pase del subcentro de salud nosotros los podemos tratar”. Gracia Valencia Líder del NAR