James Emmanuel Sisnett, considerado el segundo hombre más anciano del mundo, murió a los 113 años de edad en Barbados, el mismo archipiélago donde nació, según la Asociación de Jubilados de Barbados.

"El señor Sisnett era la persona más anciana del hemisferio occidental y el único barbadiense supercentenario (110 años o más) comprobado", así como "el último superviviente negro nacido en el siglo XIX que se haya podido verificar", detalló la citada asociación en un comunicado.

El hombre, que falleció ayer jueves mientras dormía, había nacido el 22 de febrero de 1900 y se cree que era el ser humano más longevo del planeta, sólo por detrás de Jiroemon Kimura, residente en Japón y de 116 años. Ambos son dos de los últimos hombres vivos que se haya podido comprobar que nacieron en el siglo XIX.

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Sisnett, que fue herrero antes de trabajar en una fábrica de azúcar y siropes, era también, que se sepa, el hombre más anciano del continente americano.

Se casó en 1923 y tuvo cinco hijos. Su primera esposa murió en 1937 y cinco años después contrajo matrimonio de nuevo y tuvo otros seis descendientes.

Cuando el pasado febrero cumplió 113 años, y según publicaron en su día medios locales, estuvo acompañado de siete hijos y un total de cuatro generaciones de descendientes.

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Con su fallecimiento, la lista de supercentenarios comprobados en todo el mundo ha quedado reducida a 59 personas, de las que 54 son mujeres y cinco son hombres, según los datos del Grupo estadounidense de Investigación de Gerontología.