Es una escena que se repite. Los venezolanos recorren, a veces días y semanas, supermercados y farmacias. Buscan alimentos básicos y medicamentos, pero las perchas están vacías. La leche, la manteca, el café, la harina de maíz y en este mes hasta el papel higiénico escasean. Y cuando el mercado se abastece, aparece el otro escenario: largas filas, en ocasiones entre empujones, se forman para adquirir los productos antes de que se terminen en pocas horas.

El descontento ciudadano, entre los no oficialistas, no solo se ve en las calles. También en las redes sociales se critica el manejo de la crisis económica: “Estamos nadando en la miseria”, “Ni velas, ni velitas, ni velones se consiguen...”, comenta Luz de Luna Álamo al diario El Universal.

En medio de ese escenario, Maduro cumple hoy un mes de gobierno en el país enfrentado a una crisis poselectoral por la impugnación de los resultados del 14 de abril, así como por una escalada de la inflación y la escasez que lo obliga a negociar con el sector privado para evitar el colapso económico.

Publicidad

Asumió el poder tras una rápida posesión oficial el 19 de abril, cuatro días después de que el cuestionado Consejo Nacional Electoral anunciara los resultados de los comicios que le dieron un estrecho margen del 1,49% de ventaja frente a su contendor Henrique Capriles, líder de la oposición.

Maduro ya estuvo al frente del gobierno como presidente encargado desde el 18 de diciembre del 2012 cuando el fallecido líder Hugo Chávez viajó a Cuba para someterse a una cuarta cirugía. Como candidato oficialista, Maduro proclamó el mismo programa que presentó Chávez en su campaña del 2012. Prometió mejorar la gestión estatal, combatir la corrupción y la criminalidad, aumentar el salario mínimo de manera progresiva, que el petróleo permanezca en manos del Estado, unificar el país, entre otros.

Los cacerolazos que lideraron sus opositores como señal de protesta por los resultados de las votaciones podrían repetirse ante la actual crisis alimentaria. Por ahora ha salido al paso responsabilizando al sector agroindustrial privado.

Publicidad

“Ha sido un mes difícil para Maduro... ha tenido que lidiar con un cuestionamiento de su legitimidad y encarar una crisis económica que está causando malestar y descontento”, opina el politólogo John Magdaleno.

Como salida a la delicada situación económica, Maduro, quien se ha autoproclamado “hijo de Chávez”, anunció la llegada al país de 760 mil toneladas de alimentos, valorados en $ 600 millones, procedentes de Argentina y Brasil. A este cargamento se sumará la importación de 50 millones de rollos de papel higiénico, ante la escasez del producto que causó quejas entre los ciudadanos.

Publicidad

El anuncio del gobierno es una muestra clara de los problemas de inflación, escasez y desabastecimiento que sufren a diario los venezolanos, en una economía que no ha logrado agilizar los controles de divisas y de precios y dependiente del petróleo y las importaciones.

Según datos del Banco Central, la inflación se disparó en abril al 4,3%, acumulando 12,5% en lo que va del año, mientras la escasez se situó el mes pasado en 21,3%, su máximo nivel en lo corrido del 2013. El gobierno ha avisado que será difícil cumplir este año las metas de crecimiento (6% del PIB) y alza de precios (entre 14 y 16%).

“Imagínate que (en) el país con las reservas de petróleo más importantes del planeta no tengamos ni papel higiénico”, dijo esta semana Capriles.

Al malestar ciudadano por la escasez se sumó el alza del 20% en los precios de la carne, pollo, leche y quesos. Desde hace una década, Venezuela controla los precios de los productos básicos para combatir la especulación y fomentar la producción nacional. Pero las cifras del Banco Central del país revelan que en el 2012 las importaciones llegaron a $ 52 mil millones, las más altas de su historia.

Publicidad

Dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete) expresaron que el alza del 20% al salario mínimo (2.457 bolívares) se volvió “sal y agua” debido al aumento de precios de los productos, y anunciaron una movilización para el 30 de este mes, para exigir salarios justos y una respuesta a las irregularidades laborales denunciadas al Ministerio de Trabajo.

Según analistas, Maduro debe revisar el manejo de los recursos petroleros. Los altos subsidios a los combustibles, las costosas importaciones y el gasto para mantener las vetustas refinerías incidieron en que la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que financia los programas de desarrollo social y que representan más del 90% de los ingresos, perdiera $ 8.442 millones en la refinación, comercio y suministro en el 2012, es decir, casi cuatro veces más que en el 2011.

Señalan que Venezuela, el quinto país productor pero que tiene las mayores reservas de crudo pesado en el mundo con 297.570 millones de barriles, se convirtió en el 2012 en importador neto de gasolina, lo cual está arruinando sus finanzas. Desde hace 17 años el precio de la gasolina, que ha estado vinculado a políticas electorales, se mantiene congelado (el litro cuesta $ 0,015).

Otro grave problema que enfrentan los venezolanos es la delincuencia, un tema que Maduro tomó como bandera durante la breve campaña electoral de diez días (del 2 al 12 abril) y no muy común en pasadas campañas. Convertirse en el presidente de la seguridad fue la promesa de Maduro. En ese afán, desde el pasado lunes puso en marcha el plan Patria Segura, que involucra la participación del Ejército en las calles para enfrentar la delincuencia.

Defensores de los derechos humanos y politólogos han calificado esta medida como un error, porque los militares no están preparados para enfrentar al ciudadano.

El último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del 2012, Venezuela registra la quinta tasa de homicidios más alta del mundo, detrás de Honduras, El Salvador, Costa de Marfil y Jamaica.

La falta de vivienda es otro tema pendiente. Maduro ha mencionado que se han entregado 381 mil casas a través del Plan Misión Vivienda, pero reclamó que “nadie está pagando ni medio”. Para realizar los cobros se levantará un censo y lo recaudado irá al Fondo Central de Viviendas, que financiará las casas a 2 millones de personas.

El pasado viernes, en un acto de entrega de viviendas, Maduro manifestó que ya ha identificado quiénes son 900 mil chavistas que no le dieron su voto el pasado 14 de abril.

Ante estas declaraciones, Capriles ha expresado que se trata de un amedrentamiento, pero el pueblo no debe temer porque el voto es secreto.

Capriles ha dado su apoyo a Antonio Rivero, un general retirado que fue liberado ayer por un tribunal de Caracas tras permanecer detenido 21 días por su presunta vinculación en las protestas del 14 de abril.