Libertad fue la palabra más pronunciada durante la noche del martes pasado en los discursos de presentación de la obra jurídica de Emilio Romero Parducci: El caso El Universo.

En el aula magna de la Universidad Católica de Guayaquil se reencontraron algunos de los protagonistas, los querellados, los abogados; también estuvieron quienes cuestionaron esa demanda, políticos, empresarios, activistas de la comunicación y periodistas.

Francisco Huerta, exmiembro de la Comisión de la Verdad, hizo un recuento del juicio y dijo que a pesar de “los tiempos difíciles” se debe seguir luchando por “el derecho irrenunciable a ser hombres libres”.

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De libertad también habló otro de los abogados de la defensa, Jorge Zavala Egas, quien mencionó que se viven tiempos de “totalitarismo”.

“La Asamblea se ha convertido en ministerio de la legislatura y tenemos una justicia que se ha vuelto la cámara de jueces de Carondelet”, expresó Zavala para contextualizar que en ese ambiente de “totalitarismo” se dio el juicio contra el medio.

El autor, a su turno, habló de un típico fraude judicial, que los jueces confundieron responsabilidad civil con penal.

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En el caso, dijo Romero, se maltrató “sin misericordia” a la verdad. Y citó, como ejemplo, que en la sentencia de primera instancia se anotó “falsamente” que los estatutos de la compañía facultan a sus directivos a vetar artículos injuriosos. “Y pensar que fue confirmada en dos instancias más”, ironizó.

Y citando un artículo de Huerta, la palabra de la noche volvió a sonar entre aplausos. “La libertad de expresión es la libertad de las libertades”.

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La conclusión de la obra, según el autor, es que tres inocentes fueron acusados por un delito ya derogado (desacato) y que cuando estaba vigente se lo trataba con un proceso diferente al que tuvo el caso que relata en 477 páginas.