Este será el tercer año que María de Lourdes Mejía pasará un Día de la Madre sin saber de su hija María Fernanda Guerrero Mejía, quien salió de casa el 15 de enero del 2010 para verse con su expareja y no volvió.

María de Lourdes y decenas de familiares de desaparecidos en Ecuador han emprendido una lucha por saber el paradero de sus seres queridos, lucha por la que ha recibido amenazas de muerte de familiares del principal sospechoso de la desaparición, por lo que ahora tiene resguardo policial casi todo el día y teme por su vida.

“Este año le pedí a Dios y la Virgen que me concedan un milagro: que me deje saber dónde está mi hija. Quiero saber qué sucedió con ella y hasta que eso suceda no descansaré”, dice. Su voz se quiebra y llora.

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A Fernanda en casa la recuerdan como una soñadora que le gustaba la pintura, los idiomas y los niños. Se casó enamorada y producto de su relación tuvo dos hijos. Pero su matrimonio se desgastó al punto que se separó, lo que significó el inicio de un calvario familiar. “Él (exesposo) la chantajeaba con que si mi hija no lo veía le iba a quitar los niños”, cuenta.

Luego logró obtener la custodia de los pequeños y la llamaba para decirle que si no lo veía, no podría estar con sus hijos. “Eso fue lo que sucedió el día que desapareció, citó a mi hija afuera de una fábrica donde él trabajaba; y no la volvimos a ver”.

Aunque María de Lourdes tiene dos hijos más, uno de ellos en Bélgica, dice que fechas como esta son dolorosas. “Por más que pase el tiempo y los años nunca dejaré de ser madre”. Y reconoce que debe estar fuerte para cuidar a su otra hija.

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“Ahora me ha vuelto la esperanza, parece que las autoridades le van a poner interés al caso de las personas desaparecidas. A nosotros no nos importa si nuestros seres queridos son pordioseros, tal vez fueron obligados a prostituirse. Solo queremos abrazarlos y decirles cuánto los amamos”, dice.