Kristina Mena, estudiante de 20 años de la Universidad Católica, es amante de los animales, algo que la lleva a engreír mucho a sus mascotas Danna y Lulú, dos perras de raza beagle a las que denomina ‘miembros del departamento de calidad’ de los dulces para canes que elabora y vende desde hace cuatro meses, a través de Dulces y Huellas, su emprendimiento.

La idea del negocio surgió hace tres años, cuando ella en su afán por celebrarle el primer cumpleaños a su perra Danna recorrió toda la ciudad tratando de encontrar una torta apta para el consumo de su mascota. “Me di cuenta de que no había este producto en el mercado porque solo encontré una alternativa en Quito, pero me salía muy costosa debido al envío, así que con algo de información que leí en internet acerca de los alimentos que pueden comer los perros, hice una torta de banano con mantequilla de maní sin sal ni azúcar”, cuenta.

Aunque desde ese momento se manifestaron sus ganas de comenzar con un emprendimiento enfocado en golosinas saludables para los perros, no tenía los recursos para hacerlo ni mucho tiempo libre porque recién comenzaba la universidad y compartía su tiempo de estudio con el trabajo en la empresa de plásticos de sus padres.

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Recién a inicios de este año retomó la idea del emprendimiento, invirtiendo $ 200 en la adquisición de moldes en forma de huesos y huellas, así como algunos cortadores especiales y libros sobre alimentos aptos para el consumo animal.

Ella explica que sus tortas, que las hace en su casa en Lomas de Urdesa, son de sal, preparadas con una base de carne de hígado de pollo o pechuga de pollo, con una masa de avena y decoradas con crema blanca hecha con queso ricotta bajo en calorías y yogur griego, para darle la apariencia de la crema chantilly.

A veces agrega una verdura como zanahoria o brócoli para darle un poco más de sabor. No usa endulzantes, químicos ni preservantes.

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A más de los libros que ha leído sobre el tema, cuenta con la aprobación de sus recetas por la veterinaria de sus mascotas.

Adicional a las tortas vende cupcakes, galletas, helados a base de yogur griego de dos sabores: banano y fresa; y beterava con hígado, que se entregan en forma de huellas, sostenidas en un palo de carne que también es comestible, así como empanadas de avena rellenas de carne y pollo.

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Los pedidos se deben hacer con dos días de anticipación. Los valores oscilan entre $ 0,75 una galleta grande hasta $ 15 la torta de ocho porciones.

El plan de Kristina es aumentar su clientela y así abrir la primera cafetería para perros de la ciudad. (I)