En pocos días terminará la construcción del cerramiento, paredes de la iglesia y un área para almacenar el material de construcción recaudado, así como la instalación de luminarias en la parroquia Beato Álvaro del Portillo.

Éste es un proyecto que se ejecuta con la ayuda de la iglesia San Josemaría Escrivá, que está en el km 7,5, y la colaboración de feligreses.

Esta parroquia, que se levantará en un área de 5.000 metros cuadrados, entregada en comodato por parte del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), tendrá un templo con una capacidad para 400 personas, casa parroquial y aulas para catecismo que beneficiarán a 60.000 moradores de Socio Vivienda I y II.

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José Marroquín, párroco de la iglesia encargada de la obra, asegura que se necesita una inversión de un millón de dólares, de los cuales se han recaudado $ 50.000 con donaciones y actividades de autogestión.

Es por esta razón que a mediados de octubre los padres de las estudiantes del colegio Delta, que siempre colaboran con los proyectos de esta iglesia, realizarán un superpulguero para recaudar fondos.

Marroquín cuenta que la iniciativa nace a petición del sacerdote encargado de dicha parroquia, quien después de la venida del papá Francisco, en el 2015, oficiaba las misas en el lugar utilizando una estructura metálica hecha con bigas.

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Se estima que para inicios del próximo año esté lista la iglesia y en dos años toda la obra. (I)

Monto
La obra gris se realizará con una inversión aproximada de un millón de dólares.