Paró un taxi en las calles Junín y Boyacá, centro, regateó, pero no lo tomó. Eran las 12:02 del 19 de julio. Hugo Bohórquez, de 45 años, hizo lo mismo con un segundo taxi. “Me piden $ 5 por ir más allá del (c.c.) San Marino (av. Francisco de Orellana)”, cuestionó el hombre, quien al final se fue en ‘taxi informal’.

Alexandra Cedeño, oficinista de 28 años, solicita el servicio de taxi a través de una aplicación tecnológica, en la que ve las unidades más cercanas y los costos de las carreras. Y Luisa Requena, 26 años, usa a diario el ‘taxi ruta’, de particulares, para ir y venir del cantón vecino Daule (La Aurora) a Guayaquil. “Es rápido, pago $ 2. Llegó en 20 minutos y no en 1 hora y 45 minutos del bus”, relata.

Son parte de los escenarios y de la oferta y demanda del llamado ‘taxismo’ que se da en Guayaquil, donde habrían cerca de 25.000 carros dedicados a esta actividad, entre formales, ejecutivos e ilegales, según datos oficiales y estimaciones.

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En la urbe –con población promedio de 2’600.000 habitantes y donde la tasa del subempleo aumentó 7 puntos al situarse en 22,3% en junio pasado, frente al 15,5% de junio 2016 (según el Instituto Nacional de Estadística y Censos)– resurge el debate del servicio de taxi, tras las acciones de autoridades de tránsito para regular a los que operan sin permisos.

Esto último tras la entrada de plataformas internacionales como Cabify y Uber (empezó a operar el 13 de julio). El gremio de taxistas convencionales, amarillos, rechaza la presencia de estas plataformas tecnológicas y de los informales, porque aducen también la falta de permisos de operación de estos grupos para el servicio.

George Mera, presidente de la Unión de Taxistas del Guayas, dice que los amarillos están preocupados por los ‘daños económicos’ que han causado estas plataformas internacionales a los gremios de otros países. Afirma que hay compañeros que se han endeudado al sacar carros nuevos, además de innovar en tecnología y mejorar su servicio para el usuario.

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Uno de estos, agrega, es una aplicación tecnológica para solicitar un taxi (donde se cobra lo que marca digitalmente el kilometraje) y un call center para pedir el servicio por teléfono.

Los actores de otros frentes aseguran, en cambio, que sus servicios son distintos al del taxi convencional, como los ejecutivos, autorizados por la legislación nacional, que funcionan por llamadas y van de puerta a puerta. También están los ‘taxis rutas’, que operan en carros particulares y en amarillos.

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“No somos competencia de los amarillos (...). Nacimos por necesidad de brindar un transporte comunitario (4 personas en un carro), porque todos somos desempleados (...). Los ‘taxis’ piratas (ilegales), esos sí le restan posibilidad a los amarillos”, manifiesta Byron Benítez, presidente de la Federación de Furgo y Taxis Rutas del Guayas, que agremia a 2.200 unidades.

Benítez reconoce que no están amparados en la ley de tránsito porque no existe el servicio de ‘taxis rutas’, ni para ellos ni para los amarillos, afirma, pero buscan que las autoridades nacionales den paso a este servicio, con el que van a los cantones Durán y Daule; a la av. Perimetral, a la cdla. Martha de Roldós y al sur de Guayaquil.

Luis Ortega trabaja como informal desde hace cuatro meses, tras quedar desempleado. “He metido carpetas donde más he podido, pero no hay trabajo. Tengo dos niños (9 y 7 años) que mantener”, relata el hombre, que no coge pasajeros delante de agentes de tránsito.

De varios frentes se habla del supuesto monopolio de los amarillos, “que no quieren dejar trabajar”, mientras los amarillos defienden la legalidad, ya que la norma ampara a los taxistas convencionales y ejecutivos con permisos de operación. Por su parte, los usuarios piden libertad para elegir y llaman a controlar el uso del taxímetro y a “mejorar el servicio” amarillo. (I)

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Los actores

1
Gremio amarillo

Hay unos 10.000 en Guayaquil (y 12.000 en Guayas), de los cuales 8.500 están asociados dice George Mera, de la Unión de Taxistas del Guayas. Son 138 coop. en Guayas y 121 en Guayaquil. Asegura que hace cinco años les dieron el último aumento de cupos (1.280).

2
Ejecutivos

Entre 800 y 900 taxis ejecutivos hay en Guayaquil, según datos de la ATM, que los considera a los pintados de amarillo con franja negra. No obstante, hay carros particulares que dan el servicio en empresas con permisos o en firmas sin permisos.

3
‘Taxis rutas’

Son 2.200 unidades agremiadas a la Federación de Furgo y Taxis Rutas del Guayas, que aseguran dan un servicio comunitario (por $ 1 o $ 2) a habitantes de cantones vecinos como Durán y Daule, que vienen a Guayaquil, y de otras zonas. Tienen bases fijas.

4
Cabify, Uber y otras

Son empresas internacionales que trabajan por medio de aplicaciones tecnológicas, que el usuario descarga para solicitar el servicio. Pagos con tarjetas de crédito, débito y en efectivo. Se recuperan objetos perdidos, llevan encomiendas dan agua y más comodidades.

5
‘Taxi amigo’ o ilegales

En Guayaquil, por un potencial cliente del taxi amarillo hay dos, tres y hasta cuatro carros particulares, que les pitan o encienden sus luces para llevarlos. Cálculos de la ATM los estima en 11.000. Sus conductores dicen que es su única fuente de trabajo.