Unos 250 devotos de la parroquia Santa Rosa de Lima, de la isla Trinitaria, se trasladaron en cuatro buses hasta lo alto del cerro del Carmen, la noche del sábado, para realizar un viacrucis en honor al Sagrado Corazón de Jesús, justo en el sitio donde está su monumento.

Los peregrinos llegaron con velas y antorchas, “pero sobre todo con el corazón en la mano y la fe en alto”, dijo Nadia Mendoza, una de las fieles que se alistaba para subir los 166 escalones junto a sus dos hijos.

Entonando algunos cantos empezó el recorrido, en el que participó el arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera, quien expresó que esta actividad incluye una renovación simbólica de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús, que se oficializó mediante decreto del expresidente de la República Gabriel García Moreno, en el año 1874.

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Desde ese entonces, la fecha se celebra el viernes posterior al segundo domingo de Pentecostés, en el mes de junio. Este año fue el sábado 24.

Por eso, a propósito de esta fiesta religiosa, cada una de las catorce estaciones que llevaron a lo alto la imagen se convirtieron en un espacio de oración, arrepentimiento, perdón y fe, dijo el párroco José Hinostrozo, de la iglesia Santa Rosa de Lima, que dirigió el viacrucis.

Tras 30 minutos de oración y cánticos, los peregrinos llegaron al mirador del cerro, donde monseñor Luis Cabrera celebró una eucaristía especial, en la que se oró por el bienestar del país y la unión familiar.

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Al final de la misa, Cabrera hizo la renovación de la consagración al Corazón de Jesús, mientras devotos como Andrés Paute y Carina Solano oraban tomados de la mano por la salud de uno de sus hijos.

Rosario Román y su familia también fueron parte de esta devoción. Ella no conocía el sitio y aseguró que se retiraba con su corazón lleno de paz y amor, por la fe que observó entre los asistentes. (I)

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En Ecuador
Devoción

Sagrado Corazón de Jesús
Ecuador fue el primer país de América Latina en consagrarse. Fue García Moreno quien dio este paso como respaldo a la Santa Sede, que acababa de ser despojada de los Estrados Pontificios. García Moreno fue el único presidente de América que respaldó al papado.