En Durán, los niños dedicados al reciclaje u otro trabajo en las calles retrasan su vida estudiantil, en algunos casos, por 5 años. Dennis Ullauri, técnico de la Fundación Soledad Rodríguez, que labora en la prevención del trabajo infantil, sostiene que luego ese escolar debe ser sometido a aprendizaje acelerado, que eso lo hace propenso a afrontar vacíos académicos.

Según Ullauri, en lo que va del 2017, ciento veinte niños volvieron a las aulas y a dedicar más tiempo a las actividades lúdicas, conforme a su edad, luego de un proceso de acercamiento con sus papás, a los que técnicos le hablaron de los riegos en la calle, a los que se exponen los menores de edad, aparte de la afectación estudiantil, entre otros perjuicios, en una labor conjunta con el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).

Como estrategia de prevención, el MIES propicia vacacionales y en Durán hubo alrededor de 800 participantes, señaló en su portal web; y ayer, en los exteriores de la terminal terrestre, un grupo de niños, algunos acompañados de sus papás, se sumaron a un plantón a propósito del Día en contra del Trabajo Infantil, que se conmemoró el lunes pasado.

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Divina Arévalo, funcionaria del MIES, remarcó el rezago estudiantil como uno de los perjuicios del trabajo infantil. (I)