Cuando era niño le gustaba entrar a la cocina de su casa y cuando su mamá le preguntaba por qué lo hacía, Moisés Zambrano le respondía: “Mamá es que quiero aprender para que cuando usted no esté, yo pueda cocinar las delicias que hace, porque no me voy a morir de hambre”.

Ese interés de la infancia más tarde los llevó a convertirse en cocinero profesional. Una tarea, que considera que ha sido ardua, pero gratificante, porque ha aprendido mucho y ahora lo ha puesto al mando de la cocina del restaurante japonés Kioto, del hotel Hilton Colón de Guayaquil.

Dice que lo primero que aprendió a cocinar fue un seco de pollo, el que su mamá aprobó apenas probarlo. Moisés, nacido en Santa Ana, Manabí, radicado desde hace muchos años en Guayaquil, empezó desde los 15 años a trabajar como cocinero.

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Se inició preparando almuerzos en un pequeño restaurante de barrio. Cuenta que solía trabajar para María Eugenia de Rosales, esposa del exgobernador Benjamín Rosales y que ellos lo ayudaron para que a través de una fundación ingresara a trabajar en el Hilton Colón.

De eso ya han pasado 16 años. Empezó en la cocina del restaurante Café Colón pelando papas, verdes y poco a poco se fue involucrando en la preparación de los alimentos y adquiriendo más experiencia.

Después pasó a la cocina fría del hotel, ahí aprendió a hacer bocaditos, ensaladas, sánduches y a montar eventos. También fue parte de los restaurantes Vereda Tropical y Portofino que tiene el hotel y el paso por estos elevó más su nivel, porque trabajó en cocina gourmet.

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Dice que Manfred Krauth, chef ejecutivo del hotel, ha sido su maestro y quien vio potencial en él. Ahora en Kioto tiene a su cargo una cocina que requiere de mucha agilidad y creatividad, donde se conjugan el sabor y los detalles en la presentación, porque es casi un arte. Asegura que va a apostar todo su talento y ganas. (E)